En este episodio contamos la historia de dos personas que han dedicado su vida al trabajo de defender a los animales salvajes, ¡incluso aquellos que más miedo nos dan!
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Transcripción
Diana: Era abril del 2018 y Melissa Cristina Villalobos Márquez estaba buceando en el Caribe, a la búsqueda de tiburones martillo, o hammerhead sharks.
Melissa: Some people saw an enormous shark in the area. We wanted to know if it was just one hammerhead shark… or if it was a group of sharks swimming together.
Diana: Melissa es bióloga marina, especializada en tiburones. Y su trabajo es bucear para buscarlos.
Melissa: We decided to dive just before sunset. Hammerhead sharks are usually looking for food at that time.
Diana: Melissa estaba en una orilla con su equipo de filmación. Esperaban tomar imágenes de un tiburón.
Melissa: We swam around for a while, but we didn’t see any sharks. So after almost an hour, my dive partner decided to swim back up to the top. I started to follow him, and then suddenly, something bit my leg — hard.
Diana: Welcome, bienvenidos y bienvenidas a Relatos en inglés, un pódcast de Duolingo. Soy Diana Gameros. En cada episodio podrás practicar inglés a tu propio ritmo, escuchando historias reales y fascinantes contadas por las personas que las vivieron.
Los protagonistas hablan en un inglés sencillo y fácil de entender para quienes están aprendiendo el idioma.
En cada capítulo yo te acompañaré para asegurarme de que entiendas todo.
Hoy contamos dos historias sobre animales salvajes y personas que los cuidan y defienden. En los países de habla inglesa, y sobre todo en los Estados Unidos, los programas de televisión y las películas sobre animales salvajes se han vuelto muy populares en los últimos años. Pero los científicos y activistas son los verdaderos héroes.
Diana: Melissa creció junto al océano. Su familia es de México y Puerto Rico… y pasó su infancia entre ambos lugares. Luego, cuando tenía siete años, su familia se mudó al estado de Nueva Jersey en los Estados Unidos.
Melissa: My family was unpacking boxes at our new home. They didn’t want me to touch anything, so they told me to watch TV. That’s when I found the Discovery Channel, and “Shark Week” was on! It was the first time I saw the program. I had never seen it in Mexico.
Diana: Shark Week es una semana entera dedicada a programas de tiburones en el Discovery Channel. Es muy popular en los Estados Unidos y atrae a millones de espectadores.
Melissa: When I saw one of the sharks jump out of the water, I immediately fell in love with these creatures. That day, I told my parents I wanted to be a marine biologist.
Diana: Ser bióloga marina… ese era el sueño de Melissa y ese sueño la siguió hasta la adolescencia. Para muchas familias mexicanas en los Estados Unidos, las quinceañeras son un gran evento, pero cuando Melissa cumplió quince años, no quería una fiesta. En cambio, les pidió a sus padres que le pagaran las lecciones de buceo.
Melissa: I spent a few days on a catamaran near the coast of the state of Florida. I learned to sail and scuba dive. It was incredible! I just loved being in the ocean. It was my favorite place to be. After that trip, I was 100 percent sure that I wanted to study marine biology. So that’s what I did.
Diana: Después de la universidad, Melissa encontró empleo estudiando tiburones. Rápidamente descubrió que no hay muchas mujeres o latinas en esa profesión, como en la mayoría de las ciencias. Así que hace unos años, cuando le ofrecieron la oportunidad de filmar un programa para Shark Week, dijo sí sin pensarlo.
Melissa: Becoming a marine biologist was my dream. But when I watched “Shark Week” as a kid, I never saw people like me — Hispanic or female. So, being a part of it was really exciting for me.
Diana: Así fue como Melissa terminó en esa sesión de buceo en el Caribe, buscando a los tiburones martillo, que son una de las más de 400 especies de tiburones. Tiene la cabeza en forma de martillo y los ojos muy abiertos.
Melissa: Some sharks are very curious about humans. Other sharks are more skittish. And hammerhead sharks are the most skittish. Even bubbles will scare them away.
Diana: Así es, los tiburones martillo son tímidos, por lo que tienen miedo de muchas cosas, hasta de las burbujas. Melissa dice que la mayoría de los tiburones dan menos miedo de lo que parece en la televisión.
Melissa: It’s very rare for sharks to bite humans. It’s more likely that a person in New York City will bite you! So, we need to stop thinking of sharks as dangerous creatures. Instead, we need to learn to respect and live in harmony with them.
Diana: Cuando Melissa sale a bucear en busca de tiburones, en realidad no tiene miedo. Pero ese día en el 2018, cuando sintió que algo le mordía la pierna, se asustó mucho.
Melissa: I felt something grab my leg. And then it pulled me backwards…into the dark. I was alone, and I didn’t know what to do. I didn’t think it was a shark, but I knew it was something really big. And pretty quickly, I realized…that it was a crocodile.
Diana: Los cocodrilos americanos son una de las especies más grandes. Pueden medir hasta 6 metros o 20 pies de largo y pesar hasta 907 kilogramos — 2000 libras. Viven en las mismas orillas donde a los tiburones martillo les gusta cazar.
Melissa: We actually saw a crocodile earlier that night, when we first started diving. A really big male crocodile lived in that area. Local people even gave him a name: Tito. But as soon as we started diving, he was scared away by all of the people and the lights.
Diana: Pero ahora, todas las luces y el equipo se habían ido. Solo estaba Melissa. Y Tito la estaba arrastrando hacia el fondo del océano.
Melissa: The crocodile didn’t bite me hard, so I knew it wasn’t an attack. He wasn’t trying to eat me. He was just curious about me. So, instead of fighting, I decided to stay calm, and I tried not to move. I was worried that if I fought, then he would bite harder. After about ten seconds, he stopped biting my leg and swam away.
Diana: Melissa estaba en estado de shock. No sabía si había perdido la pierna y no sabía si Tito volvería. Pero sabía que tenía que salir de allí cuanto antes.
Melissa: Back on the boat, no one knew what was happening. They thought I was right behind them. And my radio wasn’t working, so I couldn’t call for help. It took a few minutes, but I was able to swim back up to the boat, using mostly my arms and one leg.
Diana: La pierna de Melissa estaba sangrando y cubierta de heridas punzantes. Necesitaba un médico de inmediato.
Melissa: I was lucky because there was a medic team on the boat, and they took care of me immediately. In a situation like this, if you don’t get help quickly, the bite can get infected and you can lose your leg! During the days after the incident, I stayed in bed and rested. It hurt to walk. Standing for a long time was difficult, and I couldn’t wear shoes with heels for a year. But I slowly got stronger, and now I only have a few scars on my leg. As I said, I’m very lucky.
Diana: Muchos seguramente estarían enojados o asustados después de ese tipo de experiencia, pero Melissa no. Ella dice que el cocodrilo no hizo nada malo y que los depredadores o predators en realidad no quieren lastimar a la gente.
Melissa: In Hollywood movies, marine predators like sharks and crocodiles always want to kill humans. But that is completely wrong, and it’s hurting these predators. People don’t want to protect them because they only see them as dangerous creatures. But marine predators actually help our oceans. Even after my incident with the crocodile, I still love marine predators. I always have and always will. But I’m really worried about them.
Diana: Los depredadores marinos como los cocodrilos y los tiburones están amenazados debido a la sobrepesca y la pérdida de su hábitat. Melissa cree que, en lugar de los ataques, lo que a la gente debería preocuparle es acabar en un mundo sin tiburones ni cocodrilos.
Melissa: If this problem continues, and people don’t start helping marine predators, I’m worried that we’ll see a lot fewer sharks in the ocean. I don’t want my children and their children to only see sharks on TV or read about them in books. I want them to see these amazing creatures in our oceans too.
Diana: Después del encuentro de Melissa con el cocodrilo, el equipo terminó descubriendo el tiburón martillo original que estaba buscando. El episodio se transmitió en Shark Week ese año. Pero Melissa se aseguró de que el mordisco del cocodrilo no fuera la noticia principal ni provocara un escándalo.
Melissa: I’m trying to change the negative narrative about marine predators. And my experience has given me an opportunity to talk to people about helping these creatures. People often ask me, “Will you dive again? Are you scared?” And I always laugh because that incident hasn’t changed anything. I’ve never thought about quitting diving — not even for a second. In fact, if I ever have the opportunity again, I’ll swim in that same area with Tito. It was one of the best diving trips I’ve ever had!
Diana: Melissa está enfocada en salvar una especie antes de que se pierda. Pero Jason Baldes está tratando de recuperar una especie que ya se ha perdido casi del todo. Jason es miembro de una tribu que se llama Eastern Shoshone en los Estados Unidos. En el idioma shoshone, la tribu se llama a sí misma “gweechoon deka”, que significa “comedores de búfalos”.
Jason: My people are called that because it was our way of life. Everything we had came from our land, so the buffalo were very important. But we didn’t just eat buffalo…my people used their skins for clothing and tools and for ceremony.
Diana: Los búfalos son los animales más grandes de América del Norte. En el pasado solían viajar en manadas muy grandes, típicas del paisaje de los Estados Unidos. Pero en el siglo XIX, los colonos blancos cazaron a los búfalos casi hasta la extinción, en muchos casos, matándolos como deporte.
Jason: In the 1700s there were more than 30 million buffalo in North America. But after the white people arrived in the late 1800s, the buffalo population became much smaller. More than 5000 buffalo were killed every day. Losing the buffalo was extremely difficult for my people. It destroyed our way of life and our traditions.
Diana: Cuando llegaron los primeros colonos a los Estados Unidos, mataron a cientos de miles de pueblos originarios y obligaron a muchos a vivir en reservas o reservations. Se trata de terrenos que permanecieron bajo el control de las tribus. Hay cientos de reservas de nativos en los Estados Unidos. Jason vive en la de Wind River, que significa río del viento, en el estado de Wyoming.
Jason: My people still think a lot about our past. We had to leave our homes and move to reservations. And something that was so important to us, the buffalo, was exterminated. It was such a big part of our culture. Our tribes’ names were determined by the foods we ate. Ours was the buffalo — but for generations, our people haven’t even seen one on our land.
Diana: En la década de los 70, el padre de Jason decidió luchar por un cambio. Quería traer a los búfalos de regreso a la reserva de Wind River.
Jason: Buffalo are not just animals. They represent the spirit of my people. And they help us remember how we used to live — free and in harmony with nature. Bringing the buffalo back to our land is part of the healing process for my people.
Diana: Sanación o healing para la gente y para la tierra. El padre de Jason era un biólogo y pasaba mucho tiempo en áreas remotas, monitoreando la salud del ecosistema local. A través de su trabajo, supo de primera mano lo que la desaparición del búfalo le había hecho a la tierra.
Jason: My dad often went on trips to test the water, fish, and plants on the reservation. And if I got good grades in school, he let me go with him on these trips. We rode on horses, slept in tents, and got our food from the land and water. That’s where I fell in love with nature.
Diana: Pero el plan del padre de Jason fue bloqueado repetidamente por el gobierno y los influyentes ganaderos que ven al búfalo como una amenaza para su industria.
Jason: My dad never stopped trying, but nothing really changed. The government made it very difficult. My dad almost lost his job several times because he was fighting for fish and wildlife to help our people.
Diana: Jason vio a su padre pelear muy duro, pero nunca se involucró hasta que se graduó de la escuela secundaria.
Jason: After I graduated from high school, I was lost. I didn’t know what I wanted to do with my life. So, when I was eighteen years old, my dad invited me to go to Africa with him. It changed my life.
Diana: Jason y su papá se fueron a Tanzania. Allí vieron la migración de los ñus, un fenómeno en el que un millón de animales cruzan la sabana. Jason recuerda haberse sorprendido por la gran cantidad de animales que participaban.
Jason: I couldn’t believe it. I jumped on top of the car and took a 360-degree video of all the animals. I was amazed. I imagined what it probably looked like when North America had many millions of buffalo. I couldn’t stop thinking about it.
Diana: Jason se quedó en África durante seis meses más, viajando por Tanzania, Uganda y Kenia. Cuando volvió a su reserva, sabía exactamente lo que quería hacer: traer a los búfalos de regreso a casa con su gente.
Jason: So I went to school and got my bachelor’s and master’s degrees in Environmental Studies. I specifically studied Buffalo Restoration and Management. In school, I learned so much about buffalo, like how they create a habitat for birds and bring nutrients to the land. Buffalo are very important to a healthy ecosystem. And after I graduated, I returned home to finish the work my father started.
Diana: No fue fácil.
Jason: First, I had to find a place for the buffalo. I worked with the tribe and we found 120 hectares of land for them. But according to the government, buffalo are not wild animals, and they are not allowed to move around freely. So I had to build a fence around the land.
Diana: Una vez que tuvo el terreno vallado, Jason quería encontrar búfalos salvajes como los que vivían en estas tierras antes de que llegaran los colonos europeos, pero la mayoría de los búfalos en los Estados Unidos han sido cruzados con vacas.
Jason: There are not many buffalo living wild today. But I was able to get some from a wildlife refuge in the state of Iowa. It took years to organize everything. But finally, in 2016, it was all ready, and I brought ten buffalo back to the reservation.
Diana: Esta sería la primera vez que un búfalo pasta en esta reserva en más de 130 años.
Jason: I can’t explain how I felt. I was in shock. It didn’t feel real. My father fought to have buffalo on the reservation for such a long time, and it was finally happening.
Diana: Los diez búfalos llegaron en un remolque en una fría noche de noviembre. Jason fue el primero en correr a recibirlos.
Jason: When the buffalo feet touched the ground for the first time, it started to feel real. It was a very emotional moment as tears fell down my face. But for me, the feeling was more than emotional — it was also spiritual. Our people were finally reunited with our heritage and our way of life.
Diana: También fue muy emotivo para el padre de Jason.
Jason: I only joined the fight a few years ago, but my father dedicated his whole career to it. Bringing the buffalo back to our land was my father’s dream, so it was a very important day for him. It’s something I will never forget. This wasn’t just important to my family, though — it was a huge achievement for the tribe.
Diana: Ahora hay 34 búfalos viviendo en la reserva. Por ahora, viven en su recinto vallado. Pero algún día, Jason espera que puedan correr libremente.
Jason: For my people, buffalo aren’t the same as cows. They are wild animals that should be free — not inside a fence. We have hundreds of thousands of hectares on this reservation, so we don’t need to keep them inside a fence.
Diana: Una vez que puedan correr en libertad, Jason imagina que algún día, la tribu podría volver a cazar búfalos, como lo hicieron sus antepasados.
Jason: We are the “buffalo eaters,” but we haven’t been able to eat buffalo from our land in generations. This way of life is part of our culture and our identity.
Diana: El día futuro en que puedan cazar búfalos aún queda lejos, pero hace solo unos años, nació el primer bebé búfalo en la tribu.
Jason: I felt pure reverence. When the calf was born, I started to have hope for our future. Returning the buffalo to our land after so many years was a big achievement. We still have a lot of work to do, but we aren’t giving up.
Diana: Jason vive en la reserva de Wind River con su esposa y cuatro hijos, además de 5 perros y 30 caballos.
Nuestra primera protagonista, Melissa Cristina Márquez, es una bióloga que está obteniendo su doctorado en Australia. Vive en Perth con su novio y sus gatos.
Este episodio fue producido por Paige Sutherland, una periodista estadounidense que vive en Boston.
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