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Episodio 60: Life in L.A. - Beach Culture

Por Duolingo el miércoles 21 de diciembre del 2022

Separados por unos pocos kilómetros de arena, dos jóvenes encuentran sus comunidades en dos de las famosas playas de Los Ángeles.

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Transcripción

Diana: Dicen que todas las ciudades tienen su propio espíritu. Para muchos, el espíritu de Los Ángeles es tener una vida relajada y llena de aventuras en la playa. Y para Shaka Tafari, solo hay una playa con el verdadero espíritu relajado y aventurero de Los Ángeles: Venice Beach.

Shaka: When most people think about L.A., they think about Hollywood, a place that’s famous for movies and celebrities. But I grew up in Venice Beach, and I think that’s the real L.A. It’s such a creative and unique place. It’s classic Los Angeles.

Diana: La playa de Venice Beach es el segundo punto más turístico de California, con un promedio de diez millones de visitantes al año. Tiene cinco kilómetros de largo y su malecón, también conocido como el famoso Venice Beach Boardwalk, tiene docenas de palmeras, o palm trees.

Shaka: If you stand on the boardwalk and look at the huge size of Venice Beach, it’s amazing. And all around the beach, there are things to do, like basketball, skateboarding, running, skating, and volleyball. People who live there are outgoing, and everyone usually wears bright colors and sunglasses. There are also lots of people selling things on the beach, everything from coconut water to empanadas. It feels very tropical.

Diana: Aparte del lado turístico, Venice es también una comunidad donde mucha gente pasa su tiempo libre. En el boardwalk, miles de artistas callejeros, vendedores y deportistas disfrutan del sol todos los días. Allí, entre las famosas pistas de skateboard, las canchas de básquetbol y el gimnasio al aire libre, Shaka definió su forma de ser para siempre.

Shaka: I love a lot of things about Venice Beach, but my favorite thing is the people. That’s my community. I only lived there until I was 12, but Venice is where I learned how to make friends and how to have fun. One day, I met this guy named Domingo hanging out on the boardwalk. He was a lot older than me, but we got along really well and he introduced me to his friends. As a kid, I didn’t realize that these people — and the Venice Beach community — were going to change my life.

Diana: Welcome, les damos la bienvenida a “Relatos en inglés”, un podcast de Duolingo. Soy Diana Gameros. En cada episodio podrás practicar inglés a tu propio ritmo, escuchando historias reales y fascinantes, contadas por las personas que las vivieron.

Los protagonistas hablan en un inglés sencillo y fácil de entender para quienes están aprendiendo el idioma. En cada capítulo, yo te acompañaré, para asegurarme de que entiendas todo. También ofrecemos transcripciones completas en podcast.duolingo.com.

En esta temporada especial del podcast, vamos a Los Ángeles, también conocido como L.A.; la ciudad de California famosa por sus celebridades, su clima soleado, su diversidad cultural y sus playas. Por el camino, conoceremos a algunas de las diez millones de personas que han hecho su hogar en Los Ángeles, y nos contarán por qué es tan especial para ellos.

Hoy vamos a contar historias sobre las playas de Los Ángeles y qué significan para dos personas que crecieron en ellas.

Diana: En los años noventa, con solo un año de edad, Shaka llegó a vivir a Venice Beach con su mamá y sus hermanos. En esa época, los jóvenes del barrio se vestían de ropa holgada y relajada y se divertían en la playa con radios a todo volumen, tocando los nuevos hits de Snoop Dogg, el artista más querido en Los Ángeles durante esa época. Y Venice Beach era la playa con más onda.

Shaka: Venice Beach has changed so much over the years. Back in the 90s, there was a big Black, Caribbean, and Afro-Latino community. There was colorful art on all of the buildings and people selling things outside. But there was always a lot of music and art in the streets, because it was an area where artists and creative people could afford to live. Today, there are a lot of tourists, and fewer Black people live there. Instead of cheap pizza shops, there are expensive restaurants now. Instead of small, local shops, there are stores owned by big companies. So when I say I’m from Venice Beach, I mean that I’m from Venice in the 90s.

Diana: La mamá de Shaka se mudó a Los Ángeles con sus hijos en los años noventa para buscar una mejor vida. La onda caribeña del lugar, con las palmeras, la arena blanca, y la actitud relajada de la vida junto al mar, encajó perfectamente con su forma de ser.

Shaka: My mom came from Jamaica. And back then, Venice felt very much like home to us — especially to my mom. And she worked hard to pay for our life there.

Diana: En su nueva ciudad, la mamá de Shaka vendía aceites y CDs de música reggae. Los ofrecía en el malecón, desde una canasta, o basket, puesta sobre su cabeza.

Shaka: My mom used to go on the boardwalk and carry a big basket on her head. Inside, there were things like oils and music, which she sold to people. If someone wanted to buy something from her, she did the whole transaction with her basket on her head. She knew exactly where everything was in that basket, so she could grab items without even looking. I loved that about Mom.

Diana: Al ser madre soltera, la madre de Shaka no podía costear dejarlos en una guardería. Así que llevaba a sus dos hijos al malecón y los dejaba jugar libremente mientras ella trabajaba.

Shaka: My mom knew the people who usually hung out on Venice Beach, and she trusted them to watch me and my brother. Before we went outside to play, she usually just told us, “Don’t go in the water!” But we were always safe because the community was our babysitter.

Diana: Todos los días después de la escuela, Shaka y su hermano menor iban al boardwalk a jugar cerca de las canchas y el gimnasio al aire libre llamado “Playa Muscular”, o Muscle Beach. Allí hicieron muchos amigos entre las bancas, o benches.

Shaka: One of the guys at Muscle Beach gave me an old pair of skates, and that’s how I learned to skate. And sometimes, a group of guys came to play basketball after work, and they taught me how to play the game. But the most important person I met was a guy who used to hang out on a boardwalk bench. His name was Domingo.

Diana: Domingo era un hombre joven de piel oscura y largos cabellos rastas, o locks. Tenía treinta años y durante este periodo de su vida dormía en una banca de Venice Beach y vivía de vender instrumentos musicales en la calle. La banca era un espacio público, pero Domingo la había hecho su campamento.

Shaka: I used to have locks, too. Domingo looked like me but older, so I trusted him. He was a big part of the Venice Beach community. There were always people dancing and playing music in front of his bench. It was like an outdoor party, and Domingo was always at the center of it.

Diana: Era 1993, y Shaka tenía seis años. A pesar de la diferencia de edad, él y Domingo se hicieron grandes amigos.

Shaka: I really wanted to be like Domingo. He built a beautiful community, and he had a lot of friends. He was the first person to teach me how to introduce myself to people. He always said, “Look into a person’s eyes, shake their hand, and say you’re Shaka. Tell them your name and be proud of who you are.”

Diana: Cuando la mamá de Shaka quería tomar un descanso, sabía que en esa banca encontraría siempre a sus hijos. Pasaban todo el día divirtiéndose con Domingo y sus amigos. Un día, los vecinos se quejaron porque Shaka y su hermano jugaban frente a las casas y hacían mucho ruido.

Shaka: We were very loud, and we ran around the neighborhood a lot. So one day, the neighbors came to the bench and complained to Domingo. He told them he was going to talk to us, but he never got angry at us or told us to be quiet. He just let us enjoy being kids.

Diana: Desde su banca, Domingo vió cómo Shaka comenzó a desarrollar su personalidad. Cuando Shaka tenía ocho años, él y su hermano ya eran la sensación de la playa.

Shaka: Sometimes tourists asked to take a photo with me. I told them, “It’s one dollar for a photo of me. And it’s five dollars if you don’t have change.” I learned to be charming watching Domingo, and I remember feeling like I could do anything on the boardwalk. It was the kind of place where you didn’t have to dress up to look cool. If you looked like you didn’t care about your clothes, people in Venice thought you were really cool. So, I wore big shirts and pants, and I had long locks. And I knew how to skate, dance, and talk to people. After a few years, I felt like I was just as cool as Domingo!

Diana: Domingo fue en muchos sentidos un modelo a seguir para Shaka hasta los doce años. Pero no esperaba lo que estaba a punto de pasar.

Shaka: One day, Domingo came to our house. I was surprised because he almost never left the bench. He was talking to my mom, and he told her that he was dating a German woman and that she was pregnant. I wasn’t really paying attention until he said he wanted to take care of his kid, so he was going to move to Germany!

Diana: Shaka se quedó quieto y asombrado. Se acercó y le preguntó a Domingo si Alemania estaba cerca. Cuando le explicaron la distancia, Shaka se puso muy triste.

Shaka: I was really sad because Domingo was really important to me. How could he leave? We did everything together, and he was a big part of the Venice Beach community. All of my best memories of Venice were with him, so I felt like the world was ending.

Diana: No había forma de evitarlo. Un par de días después de la visita, Domingo se fue, dejando su banca para siempre.

Shaka: He left one day, and I felt like the heart of Venice left with him. The beach just felt different after that. His bench was empty, so me and my brother didn’t go and hang out there anymore.

Diana: Era el final de los años noventa. El malecón se hacía más inseguro y estar en Venice Beach era más y más costoso. Y sin Domingo cuidando de los niños, la madre de Shaka tuvo que tomar una decisión: Se mudarían a un lugar llamado Ventura.

Shaka: One day, my mom told me and my brother that she was dating someone and she wanted to move us to a place called Ventura with him. It was almost 100 kilometers north of Venice, but my mom thought it was safer there. I couldn’t believe it. It felt like we were going to a whole new world. I knew there wasn’t a boardwalk in Ventura like the one in Venice. And I was sure that I wasn’t going to meet anyone like Domingo or my other friends.

Diana: Pero la decisión era definitiva. A los doce años, comenzando a ser un adolescente, Shaka tuvo que decir adiós a sus amigos en la playa y en el colegio. Claro que podía volver a visitar, pero Shaka sentía que era el fin del mundo.

Shaka: I remember the day we left. We drove up the Pacific Coast Highway, and I was crying the whole time. I didn’t want to go somewhere else. I didn’t want to introduce myself again or find another community.

Diana: Shaka y su familia dejaron atrás las calles llenas de gente, los partidos de básquetbol, el patinaje y las paredes adornadas en graffiti. Ventura era un barrio solitario y no había muchas personas de color. La nueva casa donde vivían quedaba cerca de la playa de Ventura. Curioso, Shaka fue a visitarla, pero tuvo una gran decepción.

Shaka: It was just the sea, the sand, and a narrow path for walking. There were no shops, no performers, no color, and no people selling things on the street like in Venice. The beach was very plain, and all of the other kids were white. It didn’t feel like home to me, and I really missed Venice. But I knew I couldn’t go back. So I made a decision: I was going to make Ventura as special as Venice.

Diana: Shaka sabía que este iba a ser su hogar por los próximos años, así que puso en práctica lo aprendido con Domingo: Se presentó, dio la mano, dijo su nombre y sintió orgullo al decirlo. Esa estrategia le dio más confianza y Shaka supo que la playa de Venice Beach estaría en él para siempre.

Shaka: Soon, I realized that I was a cool kid in Ventura! It was because I dressed and talked like a kid from Venice Beach. I could play basketball, skate, and I knew all the cool music. I could also show kids how to dance. After a while, I learned to love Ventura, too.

Diana: Poco a poco Shaka hizo nuevos amigos y siguió yendo los fines de semana a la playa de Venice. Hasta el día de hoy, visita el malecón y pasa por la antigua banca de Domingo.

Shaka: When I go to Venice, and I go to the boardwalk and Muscle Beach, I still see people that I knew when I was a kid. Like they say, “You can take the boy out of Venice Beach, but you can never take Venice Beach out of the boy.” It will always be my home.

Diana: Como Shaka, nuestra próxima protagonista, Apryl Boyle también creció disfrutando las playas de Los Ángeles, donde nació. Cuando era una niña de diez años, ella vivía muy cerca de la playa. En su escuela, se sentía un poco fuera de lugar.

Apryl: My mother was born in the U.S. to immigrants from Hungary. And my father was born in Brazil, to an African, Indigenous, and Portuguese family. I’m really tall and I have brown skin, and when I was a kid, I felt very different from all the other kids at school. I didn’t really enjoy being there. The ocean was the only place that felt like home.

Diana: Estar bajo el agua era la mejor sensación para Apryl. En ella se sentía en calma. El agua del Pacífico es helada, para entrar en ella por más de un momento, cualquier persona necesita un traje térmico, o wetsuit. Apryl no tenía uno, pero igual nadaba.

Apryl: The water at Los Angeles beaches is so cold. I didn’t have enough money to buy a wetsuit, so I just swam in that water with a normal swimsuit. I taught myself how to swim. I just jumped in and started practicing.

Diana: Apryl solía ver a otros niños en la playa que surfeaban. Intentaba imitarlos, hasta que un día le mostraron cómo agarrar su primera ola en una tabla.

Apryl: The other kids on the beach taught me the basic things I needed to do to surf, and I just did it. It was so fun to ride on the waves like that! And that’s when I fell in love with the ocean.

Diana: El surf es un deporte que llegó a California desde Hawaii a principios del siglo XX. La playa de Malibú, también en el condado de Los Ángeles, fue el primer epicentro surfista de Estados Unidos, pero es un deporte universal.

Apryl: I learned that people have been surfing for a long time in places like Ghana, Senegal, and Tahiti. I’ve always felt like a citizen of the planet. And the ocean is the thing that connects the entire world.

Diana: Apryl amaba tanto el mar que al terminar el colegio decidió estudiar Ciencia Marina. Estudió en el estado de Florida y algunos años después regresó a Los Ángeles. Mientras buscaba su próximo paso profesional como una nueva científica marina, comenzó a surfear de nuevo sus playas favoritas.

Apryl: When I came back, I noticed that the places I surfed in the past were suddenly a lot more popular. The beaches were really crowded and there were so many people in the water. That’s OK for people who are learning to surf, but not for surfers with experience. There was no space! So, I decided to start surfing El Porto instead. It was less crowded and the waves were almost always great. It was the perfect beach for me.

Diana: A diferencia de otras playas en California, la playa de El Porto es pequeña. Se extiende por siete cuadras frente a un estacionamiento y una zona residencial. Es un lugar tranquilo para estar a solas y el mar ofrece distintas olas dependiendo la época del año.

Apryl: When I visited El Porto one time in November, I noticed that the water was so clear. I could even see fish while I was swimming! And there were waves of all different sizes, so it was the perfect place to surf.

Diana: Apryl comenzó a visitar El Porto todas las mañanas. Incluso el nombre de la playa encajaba con ella. Es la mezcla de “o porto” en portugués y “el puerto” en español; multicultural como ella. Con el tiempo, Apryl se volvió una de las visitantes regulares de la playa El Porto.

Apryl: I usually surf early in the morning. I like to arrive at the beach before sunrise, when it’s still dark. The water is so calm, and the beach is silent. I love watching the sunrise while I’m in the ocean. I also love looking at all of the sea life, like dolphins, sharks, and all kinds of fish.

Diana: Para Apryl, la playa de El Porto se volvió más que un lugar donde montar una buena ola. Encontró de nuevo esa gran diversidad que el mar tenía por ofrecerle. Y también se volvió parte de la comunidad de surfistas que al igual que ella, venían de todas partes del mundo. Era una verdadera mezcla de culturas, o melting pot.

Apryl: If you go to this beach, you’ll see people from all over the world. My surfer friends at El Porto are Filipino, Costa Rican, African, Japanese, Mexican, and from many other places. I’ve surfed there for close to 20 years, and it’s always been like that. It’s a melting pot, like the rest of Los Angeles. El Porto really feels like home to me.

Diana: Apryl comenzó a estar cada vez más involucrada con el ecosistema de la playa de El Porto. En 2013 comenzó a ver artículos de prensa local donde algunos vecinos se quejaban de ver tiburones en la playa.

Apryl: Television news reporters were saying that El Porto was a dangerous beach because of sharks and that we shouldn’t go swimming or surfing there. But that information was incorrect. I’ve surfed next to sharks, dolphins, and other sea life, and it’s not usually dangerous. So, I knew I had to say something.

Diana: Un par de youtubers comenzaron a subir videos con los títulos como “La playa de El Porto está infestada de tiburones”. Apryl decidió reaccionar a esto.

Apryl: I felt connected to the sharks, and I thought someone needed to support them. People just didn’t understand them, like the way I felt people didn’t understand me when I was younger. I believed that the beach was a place for everyone — including sharks. So, I started to speak about it at local events. After a while, some friends helped me make a website. And eventually, we created an organization! I was very excited to see what we could do.

Diana: Apryl llamó a su nuevo proyecto: El Porto Shark. Una organización dedicada a la conservación del océano y los tiburones.

Apryl: The ocean is incredible and diverse, and it’s an honor to show it to kids who are just like me. It took me a while to get here, but now I know: El Porto is my home. These are my people and this is my community. So first, I want to show these kids what an Afro-Latina marine scientist and surfer looks like. And then hopefully, they will be inspired to find their places in the world, too.

Diana: Apryl Boyle ha publicado varios artículos en defensa de los tiburones como parte del ecosistema de las playas de California. Todos los días va a surfear muy temprano en la mañana a la playa de El Porto.

Nuestro primer protagonista, Shaka Tafari, es un narrador de historias radicado en Los Ángeles. Todavía frecuenta Venice Beach seguido, en especial para visitar a sus amigos, con los que mantiene una fuerte relación. Aún tiene contacto con Domingo por videollamadas.

Este episodio fue producido por Laura Ubaté de Adonde Media.

Gracias por haber escuchado “Relatos en inglés”. Nos encantaría saber qué te pareció este episodio. Puedes enviarnos un correo electrónico a podcast@duolingo.com, o también puedes enviarnos un mensaje de audio por WhatsApp al +1-703-953-93-69.

“Relatos en inglés” es una producción de Duolingo y Adonde Media. Puedes encontrar el audio y una transcripción de cada episodio en podcast.duolingo.com. También puedes seguirnos en Spotify o tu plataforma preferida.

Este es el último episodio de esta temporada, pero volveremos pronto con más historias reales.

Los productores han sido Maya Kroth, Gabriela Saldivia, Samia Bouzid, Laura Marina Boria, Laura Ubaté y Caro Rolando, quien es también nuestra asistente de producción. El diseño sonoro y la edición de audio estuvo a cargo de Daniel Murcía, Iván Cabrera y Mauricio Mendoza. Supervisor de diseño de sonido, mezcla y masterización: David De Luca. Nuestros editores han sido Grant Fuller y Laura Isensee. Nuestro gerente de producción es Román Frontini y el coordinador de producción es Nicolás Sosa. El gerente editorial es David Alandete y la directora ejecutiva es Martina Castro. Yo soy Diana Gameros. Thank you for listening!

Créditos

Este episodio es una producción de Duolingo y Adonde Media.

Narradores y protagonistas: Shaka Tafari y Apryl Boyle
Escritora del guión: Laura Ubaté
Editor de transcripción: Grant Fuller
Mezclado por: Daniel Murcia
Diseño de sonido y masterización: Martín Cruz
Gerente editorial: David Alandete
Productora asistente: Caro Rolando
Coordinador de producción: Nicolás Sosa
Gerente de producción: Román Frontini
Productora ejecutiva: Martina Castro
Agradecimiento especial: Giovana Romano