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Episodio 53: Yoga Careers (Trabajos de yoga)

Por Duolingo el miércoles 14 de septiembre del 2022
Photo by Nicolette Lovell

Dos mujeres emprendedoras comienzan talleres de yoga que cambian sus vidas e impactan sus comunidades.

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Transcripción

Diana: El yoga es una práctica ancestral de la India que combina movimientos físicos con técnicas de respiración y meditación. Es muy popular en los Estados Unidos. Cerca de 36 millones de norteamericanos practican yoga y hay 100 000 instructores registrados en todo el país. Angie Franklin es una de ellos. En 2017, vivía en California, tratando de hacer una carrera mientras mantenía dos trabajos de medio tiempo.

Angie: One Saturday morning, I was teaching yoga at a local university. It’s a very popular time for a class, so the room was full of people. There were probably 60 people there. It was my biggest class ever. And, as usual, most of the students were white.

Diana: Angie es afroestadounidense y habían solo unas pocas personas de color en la habitación. La clase salió bien y cuando se estaba acabando y todos los demás estaban listos para irse, Angie notó tres mujeres negras acercándose a hablar con ella.

Angie: They said, “We were so surprised that you were our teacher!” I think it was the first time that they saw a Black woman teaching yoga. They said that kind of representation was important to them.

Diana: Sus palabras conmovieron profundamente a Angie. Ella conocía ese sentimiento muy bien. Muchas veces en su práctica de yoga y entrenamientos, se sentía fuera de lugar solo por su color de piel.

Angie: And in that moment, I realized that something was wrong. It shouldn’t be surprising to see a Black woman teaching yoga. And it’s a big problem when so many Black Americans don’t feel welcome in yoga studios. So I decided that I was going to try to fix it.

Diana: Welcome, bienvenidos y bienvenidas a “Relatos en inglés”, un podcast de Duolingo. Soy Diana Gameros. En cada episodio podrás practicar inglés a tu propio ritmo, escuchando historias reales y fascinantes, contadas por las personas que las vivieron.

Los protagonistas hablan en un inglés sencillo y fácil de entender para quienes están aprendiendo el idioma. En cada capítulo, yo te acompañaré, para asegurarme de que entiendas todo.

Hoy escucharemos las historias de dos personas que comenzaron emprendimientos de yoga y que están transformando esta industria en expansión.

Diana: En 2014, cuando estaba en sus veintes, Angie Franklin se encontró un documental sobre Paramahansa Yogananda. Él es un yogi conocido mundialmente. Yogi es el nombre para llamar a un practicante de yoga. Paramahansa ayudó a traer el yoga de la India a Estados Unidos en la década de 1920. A Angie le intrigaba su trabajo.

Angie: The documentary was amazing. It reminded me that I had the power to do important things in my life. And I realized that I could use yoga to feel more connected to the world. It would be good for my body and my mind. So, I began to take classes.

Diana: Entre más clases tomaba Angie, más se enamoraba del yoga. Estaba emocionada por su filosofía, enfocada en la unión del cuerpo y la mente, y la forma en cómo le aclaraba los pensamientos. Era perfecto para ella, excepto por una cosa. Al ser una mujer negra, no siempre se sentía cómoda en clases de yoga.

Angie: In my experience, there wasn’t a lot of diversity in yoga. The studios in my area were mostly owned by white people, and only white people worked there. And I think that’s probably why most of the students were white. I never really felt comfortable in that space.

Diana: En los espacios de yoga a los que asistía Angie, era muy claro que faltaba gente que se viera como ella y compartiera sus orígenes culturales. Y de muchas formas siempre sentía un poco de exclusión.

Angie: They played music that I didn’t usually listen to. And sometimes people looked really surprised when I walked into the class because I didn’t look like most of the other people who did yoga. So, I was never totally comfortable, and it was hard to feel connected to my yoga practice.

Diana: Pero Angie siguió practicando. Empezó a tomar clases de yoga mucho más difíciles. Fue en una de esas clases en 2016 cuando Angie hacía una pose, o pose, de yoga y tuvo una epifanía.

Angie: I was in a pose that was very difficult because I had to stand on one leg. As I was in that pose, the teacher told the class not to worry about being perfect. Yoga isn’t about being perfect. And then I felt so peaceful. In that moment, I realized that yoga is not only good for your body — it’s good for your mind, too.

Diana: Esa idea inspiró a Angie a buscar un entendimiento más profundo del yoga. Una de las mejores formas de aprender más es convertirse en instructor. Así que se inscribió a un entrenamiento para ser profesora de yoga. Además de las poses y la filosofía, su entrenamiento le enseñó a conectar con sus estudiantes.

Angie: I was having some amazing experiences with yoga, so I wanted to understand it better. When I started training to be a teacher, I realized that I could learn so much from yoga. I also noticed that I was the only Black person in the training. I wasn’t surprised, but I wanted to do something about it.

Diana: Así que cuando esas tres mujeres negras se acercaron a Angie luego de su clase de yoga, ese día en 2017, ella estaba lista a impulsar un cambio en la comunidad de yoga. Quería que fuera más abierta a las personas de color y en especial a mujeres de raza Negra. Así que decidió comenzar a enseñar una clase completamente nueva. Solo que esta clase ocurriría en un parque local, no en un estudio.

Angie: I wanted to have the class in a park because it was less intimidating than a traditional yoga studio. I didn’t know what to call the class, but then I suddenly had an idea: “AfroYoga.” As soon as I heard those words, I knew it was an amazing name. I posted information about the event online, and I put signs around the city. A lot of people were interested, and more than 60 people of color came to class that day!

Diana: La popularidad de la primera clase de AfroYoga le confirmó su instinto que había una demanda para más clases de yoga que fueran amenas para las personas de color.

Angie: It was a sunny summer morning, and it was hot. The class was in a big area of the park with lots of grass and trees. Ten minutes before the class, people were already arriving. And in the end, so many people came! I will never forget the feeling of seeing everyone practicing yoga together in that big, grassy field.

Diana: Angie trabajó duro para crear un ambiente que esperaría fuera más acogedor para otros practicantes afrodescendientes de yoga. Esto incluía escoger música de artistas negros, la clase de música que nunca había encontrado en otros estudios de yoga.

Angie: During the class, I played music by Erykah Badu, Solange, and other artists who Black people know and love. I knew this music was important to help everyone feel comfortable and more connected to the yoga practice. When the class finished, I looked at the sun shining on the crowd. It was amazing to see so many women of color, of all ages, shapes, and sizes.

Diana: Hubo algunos obstáculos en el camino. Angie no tenía un equipo de sonido, así que tomó prestada una máquina de karaoke de un amigo.

Angie: I had to teach the entire class while holding the microphone in one hand. A lot of people couldn’t hear me, so they had to watch the rest of the class to know which pose to do. It wasn’t perfect, but everyone was so happy to be there and to see Black representation in the yoga community. Some people cried and told me how important the class was because it was the first time they practiced yoga with only people of color.

Diana: La primera clase de AfroYoga fue un hit! Luego de ese éxito, Angie encontró formas creativas de mantener el impulso. Hizo clases los domingos basadas en donaciones. Dejándole a los estudiantes pagar lo que ellos pudieran, fue otra forma de hacer AfroYoga más accesible.

Angie: I contacted a Black restaurant owner in my city of Sacramento, and we organized a yoga brunch. I taught yoga, she provided the food, and we had a DJ. I also taught yoga classes at a university, and I spoke about the philosophy of yoga. After I started organizing more events, people started contacting me.

Diana: Dos años después de su primera clase de AfroYoga, Angie comenzó un programa de mentoría. La idea era apoyar personas de color que, como ella, quisieran empezar su propio negocio de yoga.

Angie: I built a community and a business, and I wanted to help other people do the same thing. I thought if I could help more people of color start teaching yoga, then there could be more diversity in yoga in the U.S.

Diana: Angie ha mentoreado más de cien instructores de yoga de color de veintidós estados de los Estados Unidos y de todo el mundo, incluyendo México y Sudáfrica. Está entusiasmada de cómo las emprendedoras como ella pueden transformar el futuro del yoga.

Angie: Teachers are an important part of the experience of yoga, especially for people who are trying it for the first time. So, they need to understand and think about culture and diversity in their classes. As a teacher, I have the responsibility to give students the best possible experience, so everyone always feels welcome.

Diana: Una de las razones por las cuales el yoga es tan popular es porque hay muchas formas de practicarlo. Nuestra siguiente protagonista, de hecho, inventó un nuevo tipo de yoga con un componente muy especial.

Lainey Morse ama las cabras, o goats. Su fascinación comenzó después de ver un video en YouTube de cabras teniendo desmayos. Es una raza que se desmaya cuando tiene un sobresalto. A Lainey le pareció muy divertido. Y cuando se mudó a una granja en el estado de Oregon, tuvo la oportunidad de tener sus propias cabras.

Lainey: Goats are so calm and funny. I was a very anxious person, and being around them was relaxing. In the spring of 2015, I bought two goats, and I became obsessed. I took photos of them all the time. And when I came home from work each day, I immediately went out to see my goats.

Diana: Ese otoño, Lainey empezó a sentirse no tan bien. Había sido una corredora por mucho tiempo, pero de repente, no tenía energía. Su doctor le diagnosticó artritis reumatoide, que causa inflamación en las articulaciones. Afortunadamente, sus cabras estaban ahí para ayudar.

Angie: My job was becoming very difficult. It was hard to walk up the stairs at work, and my coworkers had to help me get to my car. It was pretty bad. But my goats always made me feel better. They helped me a lot, so when my friends said they were stressed at work, I told them to spend some time with the goats. And everyone loved it.

Diana: Estas sesiones, que Lainey comenzó a llamar goat happy hours, se hicieron conocidas en el área. La gente llamaba a Lainey para poder ir a pasar tiempo con las cabras.

Lainey: One day, a yoga teacher came to see the goats. We were standing in the field, and the goats were jumping around. The teacher said, “I want to have a yoga class here!” I agreed, but I told her that the goats were going to jump on everyone. She said, “Cool, let’s do it.”

Diana: Así que Lainey aceptó hacer una clase de yoga en su granja con sus cabras. Para entonces, Lainey tenía seis cabras, incluyendo una bebé. Ella tomó fotos de Heather, la instructora de yoga, en poses con la cabra bebé en su espalda y creó un evento en Facebook para la primera clase de Goat Yoga, en agosto de 2016.

Lainey: 400 people were interested in coming! But that was way too many for my farm. So, only 40 people could come. The group was mostly from the city of Seattle, which is four hours away, and the city of Portland, which is two hours away. But some people drove ten hours from the state of California!

Diana: Recibir cuarenta extraños en una granja para hacer yoga con cabras era algo jamás escuchado. Pero viendo lo entusiasmada que estaba la gente, Lainey no quería dejar pasar esta oportunidad. Tomó el riesgo y valió la pena.

Lainey: It was amazing. It was a hot evening in August. The sunset was beautiful that night, and we had the class in an open field on my farm. The goats just laid next to the people the whole time. It was very relaxing. And after 30 minutes of yoga, we all had a glass of wine together in the field while looking at the mountains.

Diana: La cabra bebé de Lainey, llamada Annie, estaba especialmente entusiasmada de estar en las clases de yoga.

Lainey: My baby goat, Annie, was jumping on people during the class. She jumped on their backs while they were posing on their hands and knees. It was funny because people didn’t want to bother her, so they stayed in that pose for a long time. And it’s hard not to laugh when a goat jumps on your back! They thought it was awesome.

Diana: Sin embargo, mientras que la clase iba bien, Lainey estaba escondiendo su dolor de artritis.

Lainey: I remember feeling very sick. My niece came to help me with the yoga class. I just couldn’t do it by myself anymore. It was a very strange time in my life because a lot of really good things and really bad things were happening at the same time.

Diana: Lainey sabía que la clase había salido bien, pero no tenía idea de que el Goat Yoga, estaba por convertirse en un fenómeno global.

Lainey: I took pictures of the first class and sent them to a magazine. They responded to me a few minutes later, and then I had my first interview. After that, I spoke to a local newspaper. And then, The New York Times wanted to do a story about the class!

News presenter: In your news today…

Lainey: I had 30 or 40 interviews every day, from all over the world: Pakistan, Ireland, Australia. My life became really busy! I had a full-time job, and I didn’t tell my boss about my classes. But one day, he told me he read about it on CNN. I think it went viral because people just wanted to read a fun article.

Diana: Después de la primera clase, Lainey comenzó a organizar clases de Goat Yoga una vez al mes. En 2017, renunció a su trabajo en marketing para dedicarse a Goat Yoga tiempo completo. Decidió crear una franquicia. Hoy hay diez sedes originales de Goat Yoga en Estados Unidos y más de ochocientas imitaciones en el mundo. Este modelo de negocio le permite a Lainey tener más flexibilidad cuando su artritis empeora.

Lainey: It’s a lot of fun to help people start their businesses. Every farm is a little different, but all of the classes are very basic. Everyone is down on the ground a lot, so they’re very close to the goats. The people who come to the classes don’t always have a lot of yoga experience, but they just really love animals.

Diana: Esta es una de las cosas de las que Lainey está más orgullosa: crear una nueva forma de yoga que acoge a personas que de otra forma tal vez no lo habrían intentado. Y gracias a su trabajo, la gente alrededor del mundo está experimentando el poder sanador de las cabras, justo como Lainey hizo hace años, cuando su dolor de artritis era intolerable.

Lainey: Yoga classes can be difficult and scary. But the yoga classes with goats aren’t scary at all. And people of all ages and abilities come! Everyone feels comfortable because they’re only paying attention to the goats. You also feel like you’re part of a community because everyone is doing something silly together. And the goats don’t care how good you are at yoga!

Diana: Hoy en día, Lainey Morse dirige el Goat Yoga original desde una granja más grande, con goat happy hours para huéspedes.

Nuestra primera protagonista, Angie Franklin, está trabajando con sus alumnos de AfroYoga para construir una aplicación que ofrezca videos instructivos de yoga dirigidos por instructores diversos. Se está preparando para hacer un retiro en México, enfocado en la historia del yoga para personas de color.

Este episodio fue producido por Lauren Vespoli, una periodista que radica en Brooklyn, New York.

Gracias por haber escuchado “Relatos en inglés”. Nos encantaría saber qué te pareció este episodio. Puedes enviarnos un correo electrónico a podcast@duolingo.com, o también puedes enviarnos un mensaje de audio por WhatsApp al +1-703-953-93-69.

“Relatos en inglés” es una producción de Duolingo y Adonde Media. Puedes seguirnos en Spotify o tu plataforma preferida. Yo soy Diana Gameros. Thank you for listening!

Créditos

Este episodio incluye grabaciones de www.freesound.org bajo la licencia de Creative Commons Attribution License.

Este episodio es una producción de Duolingo y Adonde Media.

Narradores y protagonistas: Angie Franklin y Lainey Morse
Escritora del guión: Lauren Vespoli
Editor de transcripción: Grant Fuller
Editor de audio y diseñador de sonido: Iván Cabrera
Supervisor de diseño de sonido, mezcla y masterización: David De Luca
Gerente editorial: David Alandete
Productora asistente: Caro Rolando
Coordinador de producción: Nicolás Sosa
Gerente de producción: Román Frontini
Productora ejecutiva: Martina Castro