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Episodio 49: The White House (La Casa Blanca)

Por Duolingo el miércoles 17 de agosto del 2022

Dos historias que tienen lugar dentro y fuera de la residencia más famosa de los Estados Unidos: La Casa Blanca.

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Transcripción

Diana: En 1993, Marti Mongiello era un joven chef en la Casa Blanca, el lugar en que vive y trabaja el presidente de los Estados Unidos. En un día en particular, Marti estaba cocinando para el presidente Bill Clinton cuando de repente, la Primera Dama, the First Lady, pidió verle.

Marti: One of my coworkers came into the kitchen and said, “The First Lady wants to talk about the fettuccine Alfredo you made. I think you’re in trouble.”

Diana: El presidente Clinton tenía colesterol alto y riesgo de infarto. Así que Marti tenía órdenes muy estrictas. Ni queso, ni pasta, ni lácteos. Y el fettuccine Alfredo de Marti parecía tener todos los ingredientes prohibidos. Temía que iba a ser despedido, fired.

Marti: My coworker said, “The President can’t eat fettuccine Alfredo. He’s on an important diet. They want to talk to you right now.” So I went out to the dining room. And everyone in the kitchen was absolutely sure that I was going to be fired.

Diana: Welcome, les damos la bienvenida a “Relatos en inglés”, un podcast de Duolingo. Soy Diana Gameros. En cada episodio podrás practicar inglés a tu propio ritmo, escuchando historias reales y fascinantes, contadas por las personas que las vivieron.

Los protagonistas hablan en un inglés sencillo y fácil de entender para quienes están aprendiendo el idioma. En cada capítulo, yo te acompañaré, para asegurarme de que entiendas todo.

En el episodio de hoy, tenemos dos historias sobre uno de los edificios más famosos del mundo, la residencia del presidente de los Estados Unidos en Washington, D.C.: La Casa Blanca.

Diana: Marti Mongiello proviene de una familia de inmigrantes italianos. La comida era algo fundamental en todas las reuniones familiares. Aprendió a cocinar viendo a su madrastra y su abuela preparar platos como raviolis y albóndigas, recetas que se habían pasado de generación en generación.

Marti: I’ve always loved cooking. I also really loved growing up in the state of New Jersey near the ocean. And when I thought, “What should I do with my life?” I decided to combine the two things I love. So, I became a chef in the Navy.

Diana: Marti confiesa que fue un poco rebelde en la secundaria. Y le preocupaba que su vida no acabara yendo en la dirección correcta. Así que pensó que la Armada, the Navy, le ofrecería la disciplina que necesitaba.

Marti: I thought I needed more discipline, and I knew being a cook was a hard job. You have to work many hours in a kitchen every day, cooking and washing dishes. I also expected people to shout at me all the time because that’s what I saw on TV shows about the U.S. Army.

Diana: A la familia de Marti no le impresionó esta decisión. Querían que siguiera una carrera que les parecía más prestigiosa, como abogado o médico.

Marti: My uncle told me, “That’s a terrible decision. There are too many cooks in the world.” My family didn’t think it was an important job, so they were not happy.

Diana: Aunque era chef, Marti tuvo que pasar por la misma preparación que todos los demás en la Armada. Primero tuvo que completar un entrenamiento y luego pudo ingresar a la escuela de cocina. Su programa de formación incluía trabajar en la cocina dieciocho horas al día.

Marti: I had to wake up at 4 am, and then I had to work by myself to cook breakfast for 1,800 men and women in the Navy. I made things like bacon, eggs, and coffee. It was my responsibility to have food ready on time — and I couldn’t be late. It was my job to feed everyone. And when I was finished with breakfast, I had to start preparing the next meal.

Diana: Después de una formación básica, Marti pasó la siguiente década trabajando como chef a bordo de barcos de la Armada y en una base naval en Virginia. Una de las cosas más importantes que aprendió fue cómo cultivar su ingenio, hasta que parecía un mago, o magician.

Marti: When you’re on a ship for three months, you have to make everything. You can’t just go buy bread. So I made things like rolls and even birthday cakes. I could make a lot with very few ingredients. Everyone thought I was a magician.

Diana: Marti demostró ser un buen chef, cocinando en grandes ceremonias, creando grandes platos de frutas y deliciosos pasteles de 120 centímetros de largo.

Marti: After a while, I became a famous chef in the Navy. But I started to get bored, so I decided to tell my boss. I thought he was going to be upset, but he asked, “Do you want to work at the White House and cook for the President and his family?” And I said, “Wow! That’s going to be a real challenge!”

Diana: En los Estados Unidos, el ejército supervisa la Casa Blanca, lo que incluye la preparación de alimentos. Hay un largo historial de chefs militares que cocinan para la familia del presidente, o Primera Familia, y ahora era el turno de Marti.

Marti: I was so excited! It was the most important job a Navy chef could have. I never thought that someone like me could be a chef at the White House — never!

Diana: Para ser chef en la Casa Blanca, se necesita secret clearance, que literalmente significa “permiso secreto”, uno de los niveles más altos de seguridad en el gobierno de los Estados Unidos. Esto significa que alguien ha sido investigado a fondo y se le puede confiar información confidencial.

Marti: I had to cook three meals a day for the President, so I needed secret clearance. They wanted to make sure that I wasn’t going to hurt the President. And they also needed to trust me if I heard any secret information.

Diana: Obtener ese permiso de seguridad también es un proceso muy largo y caro. Pero Martí ya lo tenía por su trabajo en la Armada. Cuando le dijeron que el trabajo era suyo se sintió muy feliz.

Marti: I called my family at home. They were so excited that they screamed into the phone. They couldn’t believe that I was going to work in the White House. I think it was the first time they were really proud of me and my work.

Diana: La primera vez que Marti entró en la Casa Blanca, se sintió abrumado. El edificio fue completado en 1800, y 45 presidentes de los Estados Unidos, desde el segundo, han vivido allí. Es una casa enorme con más de 132 habitaciones y una cocina lo suficientemente grande para alimentar a 140 personas.

Marti: When you work in the White House, you have to be ready for anything. And every day is very busy. Hundreds of people come to visit the President daily, and you might suddenly have to cook for a celebrity, or maybe the whole national soccer team.

Diana: Como era chef militar, Marti hizo mucho más que cocinar.

Marti: I had a lot of different responsibilities. I had to cook for world leaders who were visiting the President, but I also had to clean the dining room between meals. And I couldn’t just go home at 8 pm every day because at night, I had to make drinks for everyone!

Diana: Además de preparar elegantes cenas de estado y servir a jefes de estado extranjeros y otros famosos, Marti estaba al servicio de la Primera Familia en su vida cotidiana.

Marti: I was with the President all day, so I got to see his regular life. In the mornings, I prepared and served breakfast, so I saw the President reading his newspaper while his daughter played in the living room. Sometimes, he even played the piano! Then, in the evenings, I sometimes had to prepare a snack for him when he was working on important business.

Diana: Como chef personal del presidente, Marti sabía que los plátanos eran una de sus comidas favoritas. Así que inventó un aderezo de ensalada con sabor a plátano. El presidente lo pedía casi todos los días.

Marti: The Clintons loved me because I always had fun while I was working. I often cut fruits and vegetables to look like little animals, and then I decorated their meals with them. I loved doing creative things like that. And sometimes, the President came into the kitchen and we watched TV together for an hour.

Diana: También era responsabilidad de Marti controlar la dieta del presidente. En 1993, solo unos meses después de que Bill Clinton entrara en la Casa Blanca, su salud se deterioró un poco y su dieta tuvo que cambiar drásticamente.

Marti: Someone gave me a very long list of all the things the president could and could not eat. He could only eat healthy things, and it was my job to make everything taste good. So, if I used an ingredient like tofu, it needed to be delicious.

Diana: Como chef italiano, Marti estaba acostumbrado a cocinar con ingredientes como crema, queso y pasta. Pero ahora era trabajo suyo tratar de descubrir cómo hacer versiones más saludables de aquella rica comida que tanto le gustaba al presidente.

Marti: The President needed to have a healthy diet because he had such a stressful job. At the time, I also had a rule: Do not tell the President the ingredients of the food I make. For example, if I made a cheesecake, I couldn’t tell him that I made it with tofu because he might think it was disgusting.

Diana: Marti no estaba acostumbrado a cocinar con ingredientes nuevos como la soya y las algas. Pero estaba encantado de aceptar el desafío.

Marti: Fettuccine Alfredo sauce usually has milk, cheese, and butter, which were three things the President couldn’t eat. So, I wanted to make a healthy version, but it still had to look and taste good!

Diana: Aquella noche, Marti usó su nueva salsa blanca para hacer fettuccine Alfredo para la Primera Familia. Tuvo tanto éxito que casi le sale mal. Inmediatamente después de servir el plato, la Primera Dama pidió hablar con Marti porque no parecía que fuera la comida que debía servirse al Presidente.

Marti: The First Lady said she was confused because the dish had many ingredients the President shouldn’t eat. I just explained that there wasn’t any milk in the sauce and the cheese was made of soy. Those were all things that the President was allowed to eat.

Diana: La Primera Dama suspiró de alivio y le agradeció a Marti que se tomara en serio la dieta del presidente.

Marti: I went back to the kitchen, and all the kitchen staff were there. They couldn’t believe that I wasn’t fired. After that dinner, the President and the First Lady trusted my cooking completely. And I became one of the world’s greatest food magicians.

Diana: En sus tres años en la Casa Blanca, Marti aprendió a hacer platos saludables que no solo se veían bien, sino que también sabían bien. Fue un largo camino para aquel joven que se imaginaba fregando ollas y sartenes en un comedor de la Armada.

Marti: I’ll always be a chef, making magic in the kitchen. No matter what, cooking will always be my passion.

Diana: No todo el mundo necesita un permiso especial de seguridad para entrar a la Casa Blanca. En 2015 Matthew Ward y su hija de doce años, Helen, eran dos personas común y corrientes del estado de Illinois que buscaban la oportunidad de visitar esa mansión.

Matthew: It all started because there was a school trip to Washington D.C., the capital city of the U.S. My daughter, Helen, wanted to go. But I realized that we could go on our own trip. It was cheaper, and we could see a lot more things in the city. So instead of going with her school, we decided to make it her birthday present — a trip to D.C., just me and her.

Diana: Helen había comenzado a aprender en la escuela sobre el gobierno estadounidense y cómo funciona. Matthew pensó, qué mejor manera que llevarla a verlo en persona.

Matthew: I wanted her to see how our government works and show her that there are real people who go to work in Washington D.C. every day and make laws for our country.

Diana: El cumpleaños de Helen es en abril, cerca de Pascua, y Matthew quería llevarla a visitar la Casa Blanca.

Matthew: We had to apply to go to the White House because there was a big event happening there, called the White House Easter Egg Roll. It is very popular, and you can only go if you have tickets.

Diana: En los Estados Unidos, es costumbre que los niños pinten y jueguen con huevos para Pascua. En 1878, el presidente Rutherford B. Hayes les invitó a ir a la Casa Blanca y rodar sus huevos de Pascua allí. Así comenzó el Easter Egg Roll, una tradición que dura hasta hoy.

Matthew: The Easter Egg Roll is an interesting tradition. It doesn’t happen anywhere else in the world. In front of the White House, kids use sticks to push wooden eggs down a hill. It’s a really big event, and thousands of people come every year. I really wanted to take Helen to the Easter Egg Roll. It sounded so interesting, and it was a great opportunity to see the White House.

Diana: Pero cuando se conectó a Internet para reservar los boletos, ¡se habían agotado!

Matthew: Helen was pretty disappointed. So, I decided to contact our local government representative, and we were able to schedule a tour of Congress. It wasn’t the Easter Egg Roll, but I thought it was pretty cool. We did see the White House later, even though it was behind a gate. We also went to the Smithsonian Museum and visited a lot of famous monuments.

Diana: El segundo día, Domingo de Pascua, llegaron para visitar a un diputado, o representative, del estado de Illinois y hacer un recorrido por el Capitolio, que es la sede del Congreso. Fueron al edificio, pero el diputado estaba ocupado, así que uno de sus empleados les hizo de guía.

Matthew: It was a really incredible experience. We saw the representative’s office and the cafeteria where everyone eats lunch. Then, we went to see a meeting of Congress, where they were voting on different issues. It was really cool that we could go in and see our representatives at work.

Diana: Pero la mejor parte del tour llegó al final.

Matthew: Our tour guide asked to talk to us at the end of the tour. Then, he offered us tickets for the White House Egg Roll! Of course, we said yes. Helen was confused because she thought we already saw the White House. Usually, tourists can only see it through a super tall gate. I told her, “Yes, we did, but now we get to go inside the gate!” And she was super excited.

Diana: La Casa Blanca es un edificio neoclásico de seis pisos con 165 cuartos en su interior. Está hecha de piedra arenisca lisa, pintada toda de blanco, y la entrada principal tiene cuatro altísimas columnas. Matthew y Helen estaban emocionados por verlo de cerca. A la mañana siguiente en su hotel, se vistieron para la ocasión. No estaban seguros de qué o a quién verían en la Casa Blanca. Caminaron hasta la famosa dirección: Avenida Pennsylvania, número 1600.

Matthew: We had to be there very early because there was a lot of security. I felt like we were at the airport because we had to wait in a very long line to walk through metal detectors. We also weren’t allowed to bring any bags with us.

Diana: Helen se aburrió un poco y Matthew trató de mantenerla entretenida contando anécdotas interesantes que sabía sobre la Casa Blanca, como cuando los británicos la quemaron en 1814. Después de esperar casi dos horas y media, finalmente entraron.

Barack Obama: Hello everybody!

Matthew: It was like a party in front of the White House. Hundreds of kids were running around, and there were balloons everywhere. There was also someone dressed like a giant rabbit for Easter. Music was playing and there were lots of different activities, like face painting, games, and interesting animals to look at. Helen thought it was really cool.

Diana: Había una tarima instalada a un lado del edificio, donde había actuaciones de un musical que se llama “The Newsies”.

Barack Obama: ...that’s Malia.

Diana: Sasha y Malia, las hijas del presidente Obama, salieron a presentar las interpretaciones.

Matthew: Helen couldn’t believe it. They were kids just like her, but they lived in the White House and their dad was the President of the country! That’s one of the things that I wanted my daughter to understand. That ultimately, the people in the government are just like you and me.

Diana: Para muchos estadounidenses, no hay edificio más icónico que la Casa Blanca. Es un símbolo del gobierno y del poder. Pero al final del día, también es un hogar.

Matthew: It’s easy to forget that real people work at the White House every day, and it’s not only a place from a movie — it’s real!

Diana: Matthew tiene otros tres hijos y les prometió a cada uno de ellos un viaje a Washington con su padre.

En cuanto al chef de la Casa Blanca, Marti Mongiello, pasó a trabajar para seis presidentes. También ayuda a administrar el Museo Culinario Presidencial, en Carolina del Norte.

Este episodio fue producido por Esther Honig en la Ciudad de México.

Gracias por haber escuchado “Relatos en inglés”. Nos encantaría saber qué te pareció este episodio. Puedes enviarnos un correo electrónico a podcast@duolingo.com, o también puedes enviarnos un mensaje de audio por WhatsApp al +1-703-953-93-69.

“Relatos en inglés” es una producción de Duolingo y Adonde Media. Puedes seguirnos en Spotify o tu plataforma preferida. Yo soy Diana Gameros. Thank you for listening!

Créditos

Este episodio incluye grabaciones de The White House - President Barack Obama y freesoundslibrary.com bajo la licencia de Creative Commons Attribution License.

Este episodio es una producción de Duolingo y Adonde Media.

Narradores y protagonistas: Marti Mongiello y Matthew Ward
Escritora del guión: Esther Honig
Editor de transcripción: Grant Fuller
Editor de audio y diseñador de sonido: Iván Cabrera
Supervisor de diseño de sonido, mezcla y masterización: David De Luca
Gerente editorial: David Alandete
Productora asistente: Caro Rolando
Coordinador de producción: Nicolás Sosa
Gerente de producción: Román Frontini
Productora ejecutiva: Martina Castro