Hoy vamos a dos de los barrios de inmigrantes más vibrantes de Nueva York: Chinatown y Washington Heights.
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Transcripción
Diana: Cuando Annie Tan era pequeña y volvía a casa desde la escuela, pasaba frente a las vitrinas de las tiendas con letreros en mandarín y cantonés, olía los ricos platos de fideos que se vendían en los puestos, o stands, de las aceras y caminaba entre los mercados al aire libre con frutas y verduras frescas.
Annie: I was amazed when I watched the loud trucks move big boxes of fresh fruits and vegetables. And sometimes, when no one was looking, I took a small piece of shrimp from the food stand and put it in my mouth quickly as I walked.
Diana: Annie pasaba junto a las pescaderías que vendían bacalao y otros pescados frescos sobre hielo. Y se daba prisa para dejar atrás los olores desagradables que subían del metro y las alcantarillas. A veces se paraba en una tienda llamada Chinese Hispanic Grocery para comprar algo de comer.
Annie: I walked into the shop and greeted the Puerto Rican man at the counter in Spanish. I said, “Hola, ¡buenas tardes!” And then, to my surprise, he responded in Cantonese! That’s what Chinatown is like. Most people who live here are from China or have Chinese families, but there is still a mix of cultures and languages. I loved that this man respected my culture enough to learn a few words of my language.
Diana: Así era la vida en el barrio chino de Nueva York, la famosa Chinatown. Para la mayoría de turistas, el barrio es una curiosidad cultural. Pero para Annie, era su hogar. Aunque en aquella época ella aun no se diera cuenta del todo.
Annie: It was a great place to grow up, but I don’t think I really appreciated the beauty of Chinatown, and how much it affected my life, until I was older.
Diana: Welcome, les damos la bienvenida a “Relatos en inglés”, un podcast de Duolingo. Soy Diana Gameros. En cada episodio podrás practicar inglés a tu propio ritmo, escuchando historias reales y fascinantes, contadas por las personas que las vivieron.
Los protagonistas hablan en un inglés sencillo y fácil de entender para quienes están aprendiendo el idioma. En cada capítulo, yo te acompañaré, para asegurarme de que entiendas todo.
En esta temporada especial del podcast, vamos a Nueva York, la ciudad que nunca duerme. En el camino, conoceremos a algunos de los ocho millones de personas que tienen su hogar en la ciudad y visitaremos lugares que ustedes, nuestros oyentes, siempre han soñado visitar.
En este episodio, exploraremos dos vibrantes barrios de la ciudad de Nueva York con mayoría de inmigrantes: Chinatown y Washington Heights.
Diana: La ciudad de Nueva York en su conjunto alberga la mayor población china fuera de Asia. Unas 100 000 personas de ascendencia china se concentran en las siete u ocho cuadras que conforman Chinatown. Todos hablan distintos dialectos del Chino, dependiendo de su lugar de procedencia. El barrio está abarrotado, pero a Annie le gusta tal cual.
Annie: When you walk around Chinatown, there are so many interesting things to see and eat. Even though it’s crowded, I see my neighbors all the time. My mom is super outgoing, so she says hi to everyone she knows — in lots of different Chinese languages, like Cantonese, Toisan, and Mandarin.
Diana: El barrio está lleno de cultura y color. Los letreros de las calles están impresos tanto en inglés como en chino. Linternas de papel rojo cuelgan a lo ancho de la calle, de un edificio a otro. Los letreros de neón iluminan la noche. Y una vez al año, el desfile del Año Nuevo Lunar atrae todas las miradas.
Annie: Lunar New Year was the only holiday where most kids in Chinatown didn’t go to school. It’s our most important holiday. When I was a kid, I loved hearing the drums and watching the celebration in the streets. I also liked getting money in red envelopes from the adults, which is a Lunar New Year tradition.
Diana: Cuando Annie era niña, su mamá era costurera en una fábrica de ropa y su papá trabajaba seis días a la semana como albañil. Vivían en un pequeño apartamento en un quinto piso. Los sonidos y olores de Chinatown se filtraban por las ventanas.
Annie: We had three bedrooms. My father had his own room, and my mother, my two brothers, and I slept in another room. Sometimes, my parents rented the third bedroom for extra money. Or, if our family from China was visiting, they stayed with us. So, even though there were five people in my family, there were sometimes ten or twelve people living in our apartment!
Diana: Los padres de Annie nunca aprendieron inglés, pero vivir en Chinatown significaba que casi nunca necesitaban hablarlo de todos modos. No fue hasta más tarde, cuando Annie creció, que la barrera del idioma se volvió un problema para su familia.
Annie: People in the neighborhood spoke a lot of different Chinese languages, like Cantonese, Mandarin, and Fuzhounese, so we didn’t always understand each other. We created our own way of talking, and we often used hand signals. At home, my brothers and I spoke English to each other. It was sometimes difficult to talk to our parents because they didn’t understand, so we used a little Cantonese and a little English to communicate with them.
Diana: En 2004, cuando Annie tenía catorce años, entró en una escuela secundaria en Brooklyn, un barrio al otro lado del río. Estaba a solo una parada de metro de Chinatown, pero era como entrar en otra dimensión.
Annie: In high school, I began to see that there was a lot more to the world than Chinatown. Then in college, I met so many new people from different places.
Diana: Annie se inscribió en la Universidad de Columbia. Estaba catorce kilómetros al norte, en el mismo Manhattan, pero parecía otro mundo.
Annie: When I went to the grocery store near Columbia, I thought a lot about my childhood. There was a shop on our street in Chinatown that sold chicken, and while my mother shopped, she left us with the owner. In my Chinatown, people trusted each other a lot. At Columbia, the community didn’t feel the same to me.
Diana: La universidad fue solo el comienzo de la vida de Annie lejos de Chinatown. Después de estudiar, se mudó a Chicago, a más de 1200 kilómetros de distancia, para trabajar como maestra.
Annie: I taught a lot of Mexican students in Chicago, and I tried to show them that it’s very special to grow up in a home with different cultures. Sometimes, it’s difficult for children to connect to their family’s culture, but I always taught them to love and appreciate that part of their lives.
Diana: Chicago, como muchas otras grandes ciudades de Estados Unidos, también tiene un barrio chino. Para Annie, esa Chinatown nunca estuvo a la altura de la que ella conocía. Fue durante aquel tiempo cuando comenzó a darse cuenta de cuánto la había marcado su barrio en Nueva York.
Annie: Chinatown in Chicago has a different history than Chinatown in New York City. The community didn’t feel the same to me, and it was less busy. I also missed the amazing Chinese food I used to eat at home all the time. At the end of the day, it just wasn’t New York City.
Diana: Después de cinco años, Annie comenzó a extrañar la comunidad y las conexiones que había dejado en Nueva York. La verdad que siempre hizo un esfuerzo por mantenerse en contacto con su familia, pero era difícil.
Annie: Because of our language differences, my parents and I couldn’t really communicate well on the phone. My father called me every day, but we only spoke for 30 seconds. He always asked, “How are you?” and “What did you eat today?” and that was all. I felt like I couldn’t connect with him.
Diana: Annie también se estaba convirtiendo en una gran activista por los derechos de los asiático-estadounidenses en aquel momento. Trabajaba muy duro para combatir el odio contra los asiáticos, pero este trabajo no les quedaba muy claro a sus padres y eso provocaba fricciones.
Annie: I was trying to make positive changes for Asian-Americans, but that was hard to explain to my parents. They didn’t understand my goal, and they didn’t want me to get into trouble. I think a lot of people who are the children of immigrants in the U.S. have the same problem.
Diana: Al final, Annie decidió que solo había una solución.
Annie: I realized that I couldn’t connect with my parents unless I went back home.
Diana: Annie regresó al barrio chino de Nueva York para reforzar la relación con su familia. Aceptó un trabajo de maestra en Sunset Park, que es un área de Brooklyn culturalmente muy diversa. Allí, volvió a enseñar a estudiantes mexicanos y también encontró formas especiales de conectarse con sus muchos estudiantes chinos.
Annie: I felt like this was a way to help the Asian-American community — and all immigrant communities. I think it’s so important to teach people to be proud of their culture when they’re young, and I felt like my students responded well to this lesson.
Diana: Annie también comenzó a tomar clases de cantonés para poder ampliar su vocabulario y comunicarse mejor con sus papás.
Annie: That changed my relationship with my family in a huge way. I practiced speaking and pronouncing words with my parents. And I was even able to help them study for their test to become U.S. citizens!
Diana: Annie estaba feliz de estar de regreso, disfrutando nuevamente de la rica cultura de Chinatown y retomando el contacto con sus padres, que trabajaron tan duro para criarla. Estaba de regreso a su comunidad.
Annie: There’s a great sense of community in Chinatown. People like to take care of each other. Chinatown really helped me to become the person I am, and I am grateful to my parents for that. I’m so proud to be both Chinese and a New Yorker.
Diana: Chinatown está en el centro, o downtown, de Manhattan. Nuestra siguiente historia tiene lugar en la zona norte, o uptown, concretamente en Washington Heights, un barrio muy conocido con una rica historia como refugio para inmigrantes. Hoy es sobre todo puertorriqueño, cubano y especialmente dominicano. Led Black creció allí como hijo de inmigrantes dominicanos.
Led: I love the history of my neighborhood. When I was growing up in the 1980s, it was considered a dangerous area. But for the people who lived there, it was a vibrant community of immigrants. A lot of people grew up in small apartments where several generations of families lived.
Diana: Washington Heights tiene una arquitectura histórica, escaleras de concreto, o stoops, frente a los apartamentos, coloridos murales y grafitis, tienditas de abarrotes en las esquinas, carritos de helados y siempre mucho bullicio.
Led: Washington Heights is full of energy and life. When you walk down the street, you’ll see groups of people playing dominoes, or laughing and hanging out on stoops. Washington Heights is like one big family.
Diana: Led creció en un hogar igual de animado. Todos en la casa tenían su propia música. Su mamá escuchaba boleros, a su papá le gustaban los sonidos latinos más modernos y su hermano escuchaba salsa. A Led, lo que le gustaba era el hip hop. Pero su abuela también vivía con ellos y el ruido del dominó era música para sus oídos.
Led: When I was growing up, a lot of kids in the U.S. got Xboxes for Christmas, but kids from Dominican families got a box of dominoes. It doesn’t matter how old you are, or if you are a man or a woman — everyone plays dominoes. I remember playing with my mom, my aunts, or anyone who came to my house.
Diana: La vida en Washington Heights podía ser difícil en aquel entonces: por las drogas y la violencia en las calles. Pero para Led, la mejor parte de su barrio era la gente. Los domingos, cuando era joven, se encontraba una casa bulliciosa llena de familiares y vecinos.
Led: My mom cared a lot about her community and she took care of our neighborhood. On my street, she was known as “the numbers lady” because she was in charge of the Dominican lottery every Sunday. So, everyone always came to her to pick their lottery numbers.
Diana: En la lotería dominicana, los que juegan eligen números en base a sus sueños de la noche anterior. Los vecinos de la mamá de Led le contaban sus sueños y ella anotaba sus números, cocinaba comida casera y los invitaba a quedarse un rato.
Led: While our neighbors were playing the lottery, they ate big bowls of my mom’s hot mondongo, which is a popular Dominican soup. So, my mom helped create a special place where people could hang out and enjoy food from their home country.
Diana: De niño, Led tenía muchos amigos en el vecindario. Pero cuando entró en la Bronx High School of Science, una prestigiosa escuela preparatoria pública en las afueras de Washington Heights, comenzó a sentir que no encajaba con sus compañeros de clase. Sintió un choque cultural, o culture shock.
Led: My family really wanted me to go to the Bronx High School of Science because it was such a good school. I wasn’t really happy about it because it was far from home, and I didn’t feel like I was the same as the other students. I had to take three trains to get there, and it took an hour. And then once I got there, I felt a real culture shock. People there had a lot of money, and although I grew up with food on the table, I was poor compared to them. I didn’t realize I was different until I went to that school.
Diana: Aun así, Led consiguió mantenerse conectado con sus amigos del vecindario. Pero fue un primer año difícil en la escuela preparatoria y el viaje que tenía que hacer cada día era agotador. Pero un día, ese trayecto en tren cambió su vida.
Led: There was a group of girls who took the same train as me every day. We never talked, but I remember some of them looking at me. And then one day, one of those girls came up to me and said, “Hey, my friend likes you.” And that’s how I met my future wife, Eileen, when we were 15 years old.
Diana: A finales de los noventa, Led y Eileen vivieron en otro barrio que se llama el Bronx. Pero decidieron que no era para ellos, porque no les daba la misma sensación de hogar que Washington Heights.
Led: We moved back to Washington Heights. I knew that I always wanted to be back in the neighborhood where I grew up.
Diana: En el transcurso de diecinueve años de matrimonio, Led y Eileen tuvieron tres hijas. Led probó con el mundo de los blogs, publicando sus textos en internet. En 2008, Led tenía 34 años y era feliz. Pero llegaron las malas noticias.
Led: I was at work and I got a phone call from my wife. She was at the doctor’s office, and they told her that she had a very aggressive form of cancer. It was a very scary and difficult time for us. But my wife has always been very brave.
Diana: Al día siguiente del diagnóstico, la madre de Led dejó su vida de semi-jubilación en la República Dominicana para mudarse a la ciudad de Nueva York. La mamá de su esposa hizo lo mismo. Ayudaron en todo, desde cocinar y limpiar hasta cuidar a las niñas, que tenían dos, cuatro y nueve años. Pero siempre se esforzaron por mantener a Led animado. Y la forma segura de hacerlo era con fichas de dominó.
Led: Our mothers helped us so much. It was a really bad time, but I felt very connected to my family. My house was so full of love and support, and there were always people playing dominoes. It felt like a nice break from our difficult life, but I won’t lie, there were definitely times when I thought to myself, “There’s no way I can deal with this.”
Diana: Con el apoyo de familiares y amigos, Eileen terminó su tratamiento contra el cáncer en abril de 2009 y en 2010 se curó. Había sido un viaje extremadamente difícil, pero Led cree que él y su familia salieron de esto más fuertes que nunca.
Led: Before I found out that my wife had cancer, I never thought about death. But after I found out, I started to think about everything that really mattered in life, and I started writing about my experiences.
Diana: Led se dio cuenta de que haber crecido en lo que se consideraba un barrio duro y peligroso le había dado fuerza para seguir luchando, incluso en los momentos más oscuros. El aprecio de Led por Washington Heights creció aún más y hasta escribió sobre su experiencia en su blog personal.
Led: As a kid, I never understood how important Washington Heights was to New York City. But on my blog, I really wanted to share the history of my neighborhood with the world and keep our culture alive.
Diana: Led también quería combatir los estereotipos de su barrio. Para él, era hermoso, no caótico. Era complejo, no peligroso.
Led: Over time, I realized that Washington Heights was changing in a positive and exciting way. And I really wanted to write about this new energy and help make it even better.
Diana: Led siguió escribiendo sobre la vida en su barrio y en 2010 lanzó Uptown Collective, un sitio web que se centra en las noticias y la cultura de Washington Heights y otros vecindarios considerados peligrosos.
Led: I like to think that I’m like my mother with the Dominican lottery. She was creating a community and I’m trying to do the same thing with this site. I want everyone in Washington Heights to know that this is a great neighborhood. It is a wonderful place to stay and build a family and a community.
Diana: Uptown Collective mantiene un tono positivo, enfatiza las buenas noticias. Y el lema del equipo está por encima de todo: “Difunde amor, a la manera Uptown”.
Led: A lot of people have come to the U.S. and made this neighborhood their home. For many, it was just a temporary stop before moving somewhere else. But now, I think people are realizing that they don’t need to move. They can stay here. This is Washington Heights.
Diana: Annie Tan es una maestra y activista que vive en Nueva York. Led Black es escritor y el fundador de Uptown Collective. Todavía saca tiempo para jugar al dominó con su mamá todos los sábados.
Este episodio fue producido por Jackie Noack, una productora que vive en Somerville, Massachusetts.
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“Relatos en inglés” es una producción de Duolingo y Adonde Media. Puedes seguirnos en Spotify o tu plataforma preferida. Yo soy Diana Gameros. Thank you for listening!
Créditos
Este episodio es una producción de Duolingo y Adonde Media.