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Episodio 14: Emergency Landings (Aterrizajes Forzosos)

Por Duolingo el miércoles 24 de marzo del 2021
Fotógrafo: The Augusts (Instagram: @theaugusts\_\_)

En este episodio, las historias de dos personas que se enfrentan a una crisis en el aire y tienen que decidir cómo responden.

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Transcripción

Diana: Era un lindo día en París cuando Beverley Bass inició el vuelo de regreso a casa, a Dallas, en el estado de Tejas. Ella pilotaba un Boeing 777, uno de los aviones comerciales más grandes.

Beverley: I was training the co-pilot on his first trip in a Boeing 777. We were flying over the North Atlantic ocean, where contact was limited. Suddenly, we got a radio call from one of the airplanes flying ahead of us. That’s when we learned that something terrible happened.

Diana: Otro piloto le dijo a Beverley que un avión se acababa de estrellar contra las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York. Y que todo el espacio aéreo de Estados Unidos estaba cerrado. Era el 11 de septiembre del 2001.

Beverley: We were in shock, and we had so many questions. Was it a private or commercial plane? Was it our airline? How many people died? We couldn’t get much information, but we knew that we needed to find a place to land — and fast.

Diana: Welcome, bienvenidos y bienvenidas a “Relatos en inglés”, un podcast de Duolingo. Soy Diana Gameros. En cada episodio podrás practicar inglés a tu propio ritmo, escuchando historias reales y fascinantes contadas por las personas que las vivieron.

Los protagonistas hablan en un inglés sencillo y fácil de entender para quienes están aprendiendo el idioma.

En cada capítulo, yo te acompañaré, para asegurarme de que entiendas todo.

Hoy, dos historias de pilotos estadounidenses. Desde la invención del primer avión por los hermanos Wright hasta la misteriosa desaparición de Amelia Earhart en pleno vuelo, la aviación ha jugado un papel muy importante en la historia de los Estados Unidos. En este episodio, escucharemos a dos pilotos que, estando en el aire, enfrentan una gran crisis.

Diana: Beverley Bass decidió a los ocho años que iba a ser piloto.

Beverley: When I was a kid, I asked my family to take me to the airport all the time. I wanted to watch the planes. I thought, “Wow, the planes fly in so fast! How do the pilots land them? They must be gods.” That’s when I decided that I wanted to be a pilot.

Diana: Beverley creció en el estado de Florida… pero la familia de su madre vivía en Nueva York, por lo que viajaban de un sitio a otro constantemente. A Beverley le apasionaba todo lo que tuviera que ver con volar.

Beverley: I loved being in the airport terminal. It was exciting to smell the jet fuel and look out of the plane window, watching all of the houses and swimming pools get smaller. I loved everything about flying.

Diana: A los 16 años… edad en la que muchos estadounidenses obtienen su licencia para manejar coches… Beverley les preguntó a sus padres si podía tomar lecciones de vuelo en el aeródromo o airfield de su ciudad. Su papá dijo que no…

Beverley: I left Florida to go to college in Texas. When I came home that summer, I drove to the local airfield and signed up for flying lessons. After my first lesson, I walked into my parents’ house and told them that I wanted to fly for the rest of my life.

Diana: Eso fue a principios de la década de los setenta, cuando no había muchas mujeres piloto. Especialmente no las había en los grandes aviones comerciales de pasajeros que Beverley quería pilotar. Beverley no conocía a ninguna mujer piloto.

Beverley: To get your commercial pilot’s license, you need to fly for many, many hours. And that costs a lot of money. So, I planned to get a job flying small planes quickly and fly for many hours.

Diana: El primer trabajo de Beverley fue transportar fallecidos en un pequeño avión. Y una vez que acumuló suficientes horas, comenzó a solicitar empleo de piloto en aerolíneas comerciales.

Beverley: It wasn’t easy to get a job. Not many commercial pilots were women. Delta, one of the biggest U.S. airlines, had height restrictions for pilots. I wasn’t tall enough. And I didn’t get other jobs because the companies thought it was a bad idea to hire a female pilot.

Diana: Pero Beverley siguió intentándolo y en 1976, finalmente consiguió un trabajo en American Airlines. Fue una de las primeras mujeres piloto que esa aerolínea contrató.

Beverley: It’s a moment I will never forget. It was a big honor, but it was also difficult. I was one of the first female pilots for the airline, so I knew a lot of people were watching me — especially during my training. Everyone knew if I had a good day or if I made a mistake. It was really stressful.

Diana: Diez años después, Beverley se convirtió en la primera mujer capitana de la aerolínea. En el 2001, ya había sido piloto de American Airlines durante 25 años… y había vivido todo tipo de crisis en el aire. Así que, al principio, no estaba tan alarmada por la información que le llegaba sobre Nueva York aquel 11 de septiembre.

Beverley: Because we were in the middle of the Atlantic Ocean, we didn’t have a lot of information about the World Trade Center disaster. First, we thought a small private plane flew into the building. We never imagined that it was a commercial plane. But then, while we were eating lunch, we got a second radio call. Another plane hit the World Trade Center, and they thought it was a terrorist attack. I couldn’t believe it. I thought terrorism didn’t happen in the United States.

Diana: Después de que el segundo avión chocara contra las Torres Gemelas, todo el espacio aéreo estadounidense quedó cerrado. Beverley no pudo llevar el avión y a sus 156 pasajeros a Dallas. Se vio obligada a aterrizar en otro lugar.

Beverley: My co-pilot and I researched the closest cities. They were all in Canada: Montreal, Toronto, and Calgary. But then we got a call from air traffic control in Gander, in Canada. They ordered us to land there. I had never been there before!

Diana: Beverley se enteró rápidamente de que Gander se encontraba en la provincia canadiense de Terranova o Newfoundland. No es una ciudad grande; tiene apenas 10 000 habitantes, pero hay una gran pista de aterrizaje. Beverley tuvo que averiguar cómo decirles a los pasajeros lo que estaba pasando.

Beverley: I didn’t know a lot about what happened — only that two planes hit the World Trade Center towers. I wanted to be honest with my passengers, but I didn’t want them to panic. I thought carefully about what to say, then I made an announcement. I said, “Ladies and gentlemen, this is Captain Bass. There has been a crisis in the United States. All of the airspace is closed. We have to land our airplane in Gander, Newfoundland. I’ll give you more information after we land.”

Diana: Aunque Beverley estaba nerviosa, los pasajeros no entraron en pánico. Su avión fue el 36 de 38 en aterrizar en Gander ese día. En total, había 6579 pasajeros y tripulantes, casi tanta gente como la población de la ciudad.

Beverley: After landing, we had to stay in our plane for the night. In 2001, most people didn’t have cell phones. But I was lucky. One of my passengers had a phone. I borrowed it and I called my husband to tell him that I landed safely. By the next morning, we had been on the plane for 28 hours. And we still didn’t know what happened — or when we could leave.

Diana: Nadie sabía entonces cuándo reabriría el espacio aéreo de Estados Unidos. Así que la gente del pueblo de Gander ofreció a todos los pasajeros un lugar para quedarse. La tripulación se alojó en el hotel local y los pasajeros, que eran de todo el mundo, se quedaron donde pudieron: iglesias, escuelas, centros comunitarios, hasta casas privadas.

Beverley: We stayed in Gander for five days. The people of Gander — or “Ganderites,” as we called them — were incredible! It was a very sad time in history, but the Ganderites helped the passengers a lot. They took them hunting, fishing, hiking — and to barbeques! The town even organized activities for the kids. We felt very welcome in their community.

Diana: Beverley pasó la mayor parte de su tiempo en el hotel esperando noticias sobre cuándo podrían volver a despegar. Pero se aseguraba de reunirse todos los días con sus pasajeros para contarles las novedades.

Beverley: The only information we had was from the news on TV, so I didn’t have much to tell the passengers. Everyone just wanted to go home and see their families.

Diana: El 15 de septiembre se reabrió el espacio aéreo de Estados Unidos y Beverley finalmente pudo volver a Tejas.

Beverley: My crew spent hours getting the plane ready to leave. We were very worried about security after the terrorist attack. We had to remove every knife, spoon, and glass — anything that could be dangerous. It was a very strange experience.

Diana: Cuando finalmente aterrizaron en los Estados Unidos, Beverley descubrió que uno de los aviones utilizados en el ataque era de American Airlines. El capitán era su amigo.

Beverley: I was so angry. I hated the men who used our planes to kill people. Three thousand people died. But I wasn’t going to let the bad guys win. I called American Airlines the next day and said I was ready to fly again.

Diana: Beverley no tenía miedo. Estaba decidida a seguir volando, y lo hizo. Y en el décimo aniversario del 11 de septiembre, regresó a Gander. Allí tuvo la oportunidad de encontrarse con dos escritores de teatro.

Beverley: They interviewed me, and it lasted four hours! We talked about everything, like how I got my pilot’s license, my career with American Airlines, and my time in Gander. After I flew home, I forgot about the interview.

Diana: Más tarde, en el 2015, Beverley recibió una llamada para invitarla al estreno mundial del musical “Come From Away”, o “Ven desde lejos”. Era una obra basada en esos cinco días en Gander, ¡y Beverley era el personaje principal, o main character!

Beverley: The producers gave me a seat in the front row. I didn’t know much about the play. But when the show started, I quickly realized that I was the main character! I was in shock. They even wrote a song about my life! I couldn’t believe it.

Diana: Desde la noche del estreno, Beverley ha visto la obra 158 veces… en todo el mundo. Incluso se ha hecho amiga de la actriz que la interpretó por primera vez.

Beverley: That time in Gander was so special to me. So, it was a wonderful experience to see the show. I’m so grateful. September 11 was a terrible day, but the people of that small, remote town opened their arms and hearts to 7,000 strangers that day. And I will always remember that generosity.

Diana: La mayoría de pilotos nunca se enfrentarán a una situación como la que le ocurrió a Beverley el 11 de septiembre. Pero no es extraño que los pilotos se vean en situaciones en las que mantener la calma es fundamental. Eso es lo que Lauren Spohn descubrió el verano pasado, en su primer vuelo de larga distancia pilotando un avión privado.

Lauren: I was so excited about the flight. It was just me and my dad in the plane. I was the pilot, and he was my passenger. I received my license only two days before the flight, and I wanted to prove that I was a good pilot. Everything was going well until we were near our final destination: the city of El Paso, in Texas. That’s when the electrical system of the plane failed.

Diana: Lauren creció fascinada por los aviones. Su padre sirvió en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos cuando Lauren aún era una niña pequeña.

Lauren: I grew up on different military bases all around the United States — in Tennessee, Colorado, Mississippi, and Texas. I could always hear the sound of planes. I remember playing on the soccer fields around the base and hearing military jets flying above. My dream was to become a pilot one day.

Diana: Lauren no era la única en su familia que soñaba con volar. Su padre también había querido ser piloto. Pero cuando aún era cadete en la Academia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, descubrió que su vista no era lo suficientemente buena como para volar. Y estudió para ser médico militar, en lugar de piloto.

Lauren: I wanted to go to the Air Force Academy and become a pilot — just like my dad wanted to do. But then I was accepted to Harvard University. It’s one of the best schools in the world, so I decided to go there instead of the Air Force Academy. I stopped thinking about becoming a pilot — until my last semester in college, when the coronavirus pandemic hit.

News reporters: “The mysterious coronavirus has sickened dozens of people in Asia…” “…closed university and college campuses, classes have moved online…”

Diana: Lauren y sus compañeros de clase tuvieron que evacuar la facultad en Harvard al comienzo de la pandemia de coronavirus, en marzo del 2020. Al igual que otros millones de estudiantes en todo el país, ella regresó a la casa de su familia en Tejas para terminar su último semestre universitario en clases virtuales.

Lauren: It was the last semester of my final year of college. I was ready to have a fun spring with my friends, and then suddenly, I was back with my parents in Texas. After I graduated, I had a lot of free time. My dad suggested flying lessons at the local airfield. It wasn’t flying planes for the military, but I decided to try it.

Diana: Estados Unidos tiene más de 600 000 pilotos registrados. Es uno de los lugares más populares del mundo para la aviación general, tanto vuelos privados como comerciales o militares.

Lauren: As soon as coronavirus restrictions changed, I drove to a small airfield near our house and went on a flight with an instructor in a small plane. And I fell in love! Flying above the clouds was incredible.

Diana: Desde ese primer vuelo, Lauren se quedó… obsesionada. Su papá le pidió a un amigo de la familia, que había sido piloto militar, que le diera clases de aviación.

Lauren: Every morning, I drove to the airfield for lessons. I learned how to navigate without a GPS and how to fly and land in many types of weather conditions. Every afternoon, I studied everything I needed to know as a pilot. Things like aerodynamics, weather, and federal regulations. My dad was so excited for me. Every night, we stayed up late talking about flying. He shared stories about flying in military jets, and I shared stories from my flight training. We were always very close, but this made us closer.

Diana: A mediados de agosto, Lauren ya había aprobado todos sus exámenes de vuelo, y era oficialmente… piloto privada. Y entonces decidió celebrarlo llevando a su papá a su primer vuelo largo: un trayecto de 2000 kilómetros, desde el este de Tejas hasta El Paso, en el oeste del estado.

Lauren: We started to fly to El Paso two days after I got my pilot’s license. I operated the flight controls from the left seat, and my dad monitored the GPS from the passenger seat. We flew at 2,500 meters above the ground. It was always my dad’s dream to fly. Then, it became my dream. Both of our dreams were finally coming true!

Diana: La primera parte del viaje transcurrió sin problemas. Cada tramo de unos cientos de millas, Lauren aterrizaba el avión para recargar combustible y luego volvía a despegar y continuaba. Pero a las cinco horas de viaje, justo antes de llegar a El Paso, algo comenzó a ir mal.

Lauren: We were 65 kilometers from El Paso International Airport. I noticed that there was a problem with one of our flight instruments. The transponder had failed. Then, I heard static on the radios. That’s when I knew something big was wrong: the electrical system of the plane wasn’t working!

Diana: El transpondedor de un avión ayuda a los controladores de tráfico aéreo a comunicarse con los pilotos y evitar que los aviones choquen entre sí. El sistema eléctrico del avión es el que controla el transpondedor, los radios y los alerones o wing flaps, que cambian la forma de las alas para ayudar al avión a aterrizar.

Lauren: I tried to talk to the air traffic controllers, but I couldn’t hear anything. We were ten minutes from El Paso. There was nowhere else to go, so we had to land at an international airport with no wing flaps and no radios. And we had to hope that we didn’t hit a huge airline jet!

Diana: Lauren intentó reiniciar el sistema eléctrico del avión. Por un segundo, los radios empezaron a funcionar de nuevo, y Lauren escuchó a los controladores de tráfico aéreo decirle en qué pista o runway aterrizar. Pero en seguida, los radios se apagaron de nuevo.

Lauren: I took a deep breath and started to land the plane. I told my dad to help me look for other airplanes. I prepared to land in the center of the runway, and I tried to make sure we weren’t flying in too slow or too fast.

Diana: Llegaron a salvo al suelo, sin chocar contra nada.

Lauren: My adrenaline was high for the rest of the day. My dad told me I had what military pilots call “the right stuff” — or the ability to be calm in difficult situations. I learned everything from my dad. He helped me become the great pilot that we both always wanted to be. I’m definitely not afraid to fly after that experience. It made me realize how much I love the challenge of flying. It’s so exciting. And I became a more confident pilot after that flight. And just two days later, I flew the 1,000 kilometers home with no problems.

Diana: Lauren Spohn es una estudiante de posgrado en la Universidad de Oxford, sigue volando cada fin de semana y sueña con convertirse en piloto después de terminar su carrera. Nuestra primera narradora, Beverley Bass, sigue volando… pero para clientes privados. Su pasión por volar la heredó su hija Paige, que también es piloto. Recientemente, las dos hicieron un viaje transatlántico, con Paige como piloto.

Su historia fue producida por Paige Sutherland, una periodista estadounidense que vive en Boston.

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“Relatos en inglés” es una producción de Duolingo y Adonde Media. Puedes suscribirte en Spotify, Apple o tu plataforma preferida. Yo soy Diana Gameros. Thank you for listening!

Créditos

Este episodio es una producción de Duolingo y Adonde Media.

Narradoras y protagonistas: Beverley Bass y Lauren Spohn
Escritoras del guión: Paige Sutherland y Lauren Spohn
Editora de transcripción: Stephanie Joyce
Mezclado por: Martine Chaussard
Diseño de sonido e ingeniero en masterización: Laurent Apffel
Gerente editorial: David Alandete
Productora asistente: Caro Rolando
Gerente de producción: Román Frontini
Productora ejecutiva: Martina Castro