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Episodio 12: Extreme Sports (Deportistas extremos)

Por Duolingo el miércoles 10 de marzo del 2021

En este episodio, contamos la historia de dos atletas que superan los límites de la capacidad humana en busca de un sueño.

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Transcripción

Diana: Al glaciar de Khumbu se le considera la parte que más miedo da al escalar el monte Everest. De él pueden caer enormes bloques de hielo a toda velocidad capaces de aplastar a los escaladores sin previo aviso. Estos tienen que saltar cientos de grietas o crevasses. En el 2003, Sibusiso Vilane, un escalador de 32 años de Sudáfrica, estaba parado ante la cascada y sabía que se arriesgaba mucho.

Sibusiso: In the Khumbu Icefall, it’s possible to die at any second. You have to walk across hundreds of crevasses in the ice. They are so deep that you can’t see the bottom.

Diana: Pero Sibusiso sabía que tenía que cruzar aquel glaciar. Era lo único que se interponía entre él y convertirse en el primer hombre africano y el primer hombre negro de la historia en alcanzar la cima del monte Everest.

Sibusiso: I did not turn back. You need to have a very strong mind to ignore these obstacles. If you are brave enough to do that, then nothing will stop you.

Diana: Welcome, bienvenidos y bienvenidas a Relatos en inglés, un pódcast de Duolingo. Soy Diana Gameros. En cada episodio podrás practicar inglés a tu propio ritmo, escuchando historias reales y fascinantes contadas por las personas que las vivieron.

Los protagonistas hablan en un inglés sencillo y fácil de entender para quienes están aprendiendo el idioma.

Esta semana, dos atletas de deportes extremos se esfuerzan por lograr lo extraordinario y se convierten en un ejemplo a seguir para los demás.

Nuestro primer narrador es de Sudáfrica. Por eso, notarás que no pronuncia la “r” en el medio de algunas palabras. Por ejemplo, en la palabra person: “He was a very interesting person.” Tampoco suele pronunciar la “r” al final de las palabras, como never: “And never afraid.”

Diana: Hoy, el nombre de Sibusiso Vilane aparece en los libros de texto de Sudáfrica. Se ha llegado a reunir hasta con el presidente Nelson Mandela y la reina Isabel II. Pero en su infancia, él no era más que un niño sin zapatos.

Sibusiso: My sister and I didn’t have shoes. And some days, we didn’t eat because my grandma couldn’t afford any food. It was very difficult.

Diana: Sibusiso nació en Sudáfrica, pero creció con su abuela en una aldea rural en Suazilandia, un país vecino. No fue a la escuela hasta los diez años.

Sibusiso: Before I went to school, I’d never read anything in my life. I liked staying in a classroom all day a lot more than taking care of animals outside. I really loved school and I always did well. I never missed or failed a grade. When I finished high school, I was accepted to college, but I knew I could never go.

Diana: La familia de Sibusiso no podía pagarle la universidad, así que se convirtió en guardabosques en un parque natural. Allí fue donde conoció a John Doble, un hombre que le cambiaría la vida. Doble era el embajador de Gran Bretaña en Suazilandia.

Sibusiso: I met John Doble when I was twenty-six years old, in 1996. He was a very interesting person, very sociable and sincere. He loved people. Doble came into the tourist office where I worked. He explained that he was new to Swaziland, and he wanted to join a weekend hiking group.

Diana: Sibusiso se ofreció a llevar a Doble de excursión él mismo. Así fue como se encontraron juntos un fin de semana cerca de una cascada muy alta. Doble preguntó a Sibusiso si podía ayudarlo a subir a la cima.

Sibusiso: When we were going back down the mountain, Doble told me that I was an amazing climber. He said I looked so relaxed — and never afraid. Then, he had a question: “Why aren’t there more mountain climbers in Africa?”

Diana: Sibusiso nunca se había hecho esa pregunta. Y según le dijo a Doble, el alpinismo no es una afición africana.

Sibusiso: I explained, “We Africans aren’t very excited to climb to the top of a mountain, only to have a view of our house. And there are very few Africans who can afford to travel to other countries to climb mountains.”

Diana: Sibusiso no conocía a ningún sudafricano negro como él escalando montañas por afición. Era el año de 1996, justo después del fin del apartheid en Sudáfrica, el sistema de segregación racial que discriminaba a los ciudadanos de raza negra. Por décadas, a los sudafricanos negros se les denegó la igualdad de derechos, y fueron excluidos sistemáticamente de acceso al mercado de trabajo y otras oportunidades. El montañismo era un pasatiempo para ricos.

Sibusiso: I thought that was the end of the conversation, but Doble continued to talk. He said, “Sir Edmund Hillary and Tenzing Norgay were the first people to climb Mount Everest in 1953. But since then, I don’t think an African person has ever tried to do it.”

Diana: Y luego Doble le hizo la pregunta que cambió el rumbo de la vida de Sibusiso.

Sibusiso: Suddenly, Doble was very serious. He said, “If you had the money and the equipment to climb Everest, would you do it?”

Diana: Sibusiso no sabía qué responder. Ni siquiera había oído hablar del monte Everest. Nunca había visto ni una foto de la montaña. No tenía idea de lo alto que era, o en qué país estaba. Pero no quería que John Doble lo supiera.

Sibusiso: I didn’t know why, but I just wanted to say “yes.” So I told him, “If I had everything I needed to climb Everest, then yes, I would do it.”

Diana: Para Sibusiso, fue solo una conversación… hipotética. Pero Doble le tomó la palabra y, después de la caminata, comenzó a recaudar fondos de patrocinadores o sponsors para que Sibusiso se uniera a una expedición guiada a la montaña.

Sibusiso: It took six years to find a sponsor for me. I was still working at the park when I got the letter from John. He asked me if I still wanted to climb the tallest mountain in the world. I said, “Yes!” But it wasn’t just for me, it was for my continent. I wanted to show the African people — and the world — what we could achieve.

Diana: Para entrenar para el Everest, Sibusiso escaló Drakensberg, la cadena montañosa más grande de Sudáfrica. También subió a la montaña más alta de África, el monte Kilimanjaro.

Sibusiso: The scenery was incredible. At that moment, I understood why people climb mountains. It’s not about the difficulty of climbing. It’s about the powerful beauty of nature. When I worked in the nature reserve in Swaziland, I often forgot about how beautiful it was. But when I was hiking on Kilimanjaro, I knew exactly why people climbed mountains.

Diana: La expedición de Sibusiso al Everest comenzó a mediados de marzo del 2003. Se unió a otros nueve escaladores y dos guías para el ascenso de diez días hasta el campamento base o base camp del Everest. Toda la expedición iba a durar dos meses. Incluso después de todo su entrenamiento, Sibusiso no entendía cómo podía demorarse tanto.

Sibusiso: I thought we were going to spend a day or two resting at base camp and then go to the next camp, further up the mountain. And then to the summit. But they told me, “No, that’s not how it works.”

Diana: El campamento base del Everest se encuentra a una altitud de 5600 metros. La cumbre o summit está a 8848 metros.

Sibusiso: After we got enough rest at base camp, we climbed up to the next camp. We spent the night there, and then they told us to go back down to base camp. I didn’t understand that. We worked so hard, and it took a lot of energy and effort to climb. But that’s what we had to do. We went up a little bit and then came back down a few times. It was because our bodies needed to acclimatize to the high altitude and lower oxygen levels.

Diana: Tener que subir y bajar para aclimatarse a la falta de oxígeno fue frustrante para Sibusiso. El frío fue otro duro golpe. El Everest tiene su propio sistema meteorológico. Las ventiscas aparecen de la nada, y duran días y días.

Sibusiso: I’ve never felt temperatures as cold as on Everest. After the sun went down, temperatures were minus 15 to minus 20 degrees Celsius. And that was very difficult, especially for sleeping. When it’s minus 20 degrees, even if you have a sleeping bag and a tent, it’s very hard to sleep because of the cold.

Diana: Pero no fue solo un desafío físico, sino también mental. Al menos trescientas personas han muerto escalando el Everest… por frío, mal de altura o caídas.

Sibusiso: I asked myself a lot of questions, like, “Why am I here? Why am I suffering? It’s much more comfortable at home.” But then I thought, “Yes, this is very uncomfortable, but I want to do this.” I argued with myself a lot.

Diana: Después de sesenta días escalando el Everest, Sibusiso coronó la cima de la montaña en la mañana del 26 de mayo del 2003. Tuvo que cruzar la cascada de Khumbu varias veces y desafiar la llamada “zona de la muerte”, la que está por encima de los 8000 metros.

Sibusiso: Those two months were so difficult in many ways. So, the moment when I finally stood on the summit of Mount Everest will always be very important to me. I always believed it was possible to achieve amazing things, and that moment is when I realized it was true.

Diana: Sibusiso se convirtió de inmediato en un héroe. Para Sudáfrica fue muy importante, porque en aquel momento, el país estaba emergiendo del doloroso legado del apartheid.

Sibusiso: When I was growing up, Black people were not given opportunities or considered equal. We weren’t expected to be leaders or explorers. But there I was, at the top of Everest!

Diana: Al regresar de la montaña, Sibusiso dijo que se transformó. Y decidió dedicar el resto de su vida a inspirar el cambio en otros.

Sibusiso: I think every person has great potential. You must have determination and you must work hard, but it’s possible to achieve amazing things. And that’s what I learned during the 60 days that I was on Everest.

Diana: Como las montañas, las olas también pueden llegar a grandes alturas. En el surf, hay olas… y olas grandes o big waves. Entre las más grandes, se encuentra una ola llamada Mavericks, que rompe en la costa de California, cerca de San Francisco. Bianca Valenti ha estado obsesionada con Mavericks durante mucho, mucho tiempo.

Bianca: In my imagination, it was like the Mount Everest of big waves. Mavericks is one of the craziest and heaviest big waves in the world. It’s mysterious, dark, and scary. It’s about two kilometers out in the sea, right next to a huge canyon under the water.

Diana: En las condiciones adecuadas, las olas pueden alcanzar una altura de dieciocho metros, un edificio de seis pisos. Dos personas han muerto surfeando Mavericks.

Bianca: The waves are really tall, but they’re also really thick. A wave at Mavericks weighs around 100,000 kilograms. It can push you down below the ocean — 10 meters down, where it’s totally dark. Down there, you can’t breathe or call anyone for help. So surfing this wave is serious…and a challenge.

Diana: Pero Bianca nunca le ha tenido miedo a un desafío. Ha estado surfeando toda su vida… y optó por el surf como carrera profesional justo después de la universidad. Fue entonces cuando intentó surfear su primera gran ola… ¡Casi muere!

Bianca: It was at Ocean Beach in San Francisco, in 2007. I started the day surfing with my friend. I didn’t know the size of the waves until I was out in the ocean. Suddenly, there was a really big mountain of white water, and I dove under that. The next wave was massive — I had never seen anything like it. It was almost the size of a house.

Diana: La ola empujó a Bianca hacia abajo y le arrancó la tabla de surf de las manos. No podía ver nada, solo oscuridad.

Bianca: I was now completely alone. The wave made my body roll and turn in every direction. I felt like I was in a gigantic, crazy washing machine. It pushed me all the way to the bottom of the ocean. My feet touched the sand. I was so tired after that, but I swam very slowly back to the top.

Diana: Cuando regresó a la costa, Bianca se quedó en la playa mirando aquellas olas. En lugar de disuadirla, la experiencia le dio aún más fuerza y determinación.

Bianca: After that, I knew I wanted to surf those big waves. But after a while, it became about something much bigger: advocating for women in surfing and making sure we have equality. Period.

Diana: Sarah Gerhardt fue la primera mujer en surfear Mavericks en 1999. Desde entonces, al menos una docena de otras mujeres también lo han hecho… pero todavía están muy por debajo respecto al número de hombres.

Bianca: In surfing, there are still many more men than women. When I was growing up, I mostly saw men and boys surfing — all the time. It was very rare to surf with another woman or girl. That’s changing now, but it’s still estimated that 90% of surfers are male, and only 10% are female.

Diana: Le tomó cinco años de entrenamiento después de surfear esa primera gran ola… pero finalmente, en el 2012, Bianca se atrevió con Mavericks.

*Bianca: I was still scared of Mavericks. But at the same time, it really attracted me. When I finally surfed a wave there, it wasn’t the biggest wave of the day, but it was the biggest wave that I ever surfed. I went home, really inspired. I thought, “OK, I need to work harder now.”

Diana: Además de ser una de las olas más grandes del mundo, Mavericks también es una competencia de surf en invierno para surfear la ola. Pero nunca se había invitado a ninguna mujer a competir. Era un concurso solo para hombres, organizado por hombres.

Bianca: I wanted to compete at the Mavericks competition. And I was friends with other female surfers who wanted to be in the competition too. It’s one of the most challenging big waves you can surf, so you have to be really good.

Diana: En el surf profesional, el camino hacia el éxito pasa por ganar concursos. Y a Bianca le molestaba que nunca se hubiera invitado a ninguna mujer a competir en Mavericks. Entonces, en el 2014, Bianca y otras surfistas pidieron a los organizadores del concurso que crearan una categoría femenina.

Bianca: We wanted to get into the competition, and we weren’t going to give up. So, we made a plan. We spoke to the organizers of the event, and they said, “Oh, yeah, great. Good idea.” But then…nothing happened.

Diana: Bianca y sus compañeras se dieron cuenta de que no bastaba con pedirlo. Así que crearon el Comité por la Igualdad en el Surf Femenino, para impulsar la inclusión de las mujeres en el evento. El comité fue al estado de California, que controla los permisos para organizar Mavericks.

Bianca: We really just wanted the people from the government agencies to know that women surf big waves too. And we’re really good at it! So, we showed them our surfing videos. And finally, in 2016, it worked. They said the event had to include women.

Diana: Pero la Liga Mundial de Surf, o World Surf League, que organiza el evento, propuso pagar a las mujeres surfistas mucho menos que a los hombres: $15,000 dólares para la mujer que quedara en primer lugar… frente a los $25,000 dólares del hombre ganador.

Bianca: It’s insulting! Women are paid so much less than men…for surfing the same wave. It’s incredibly dangerous. We could die! Our goal is to have a better future for women surfers. If women are doing the same thing as men, we deserve the same amount of money. Money is a sign of respect.

Diana: Y así, en el 2018, el grupo de Bianca volvió a apelar al estado de California. Escribieron cartas, muchas cartas, y explicaron su campaña a los medios. Y… ¡funcionó!

Bianca: The state of California said to the World Surf League, “You can’t have an event at Mavericks, unless you have a women’s division and pay women equally.” And those weren’t just the rules for Mavericks — they were for all future events in California.

Diana: Bianca y sus compañeras surfistas habían hecho historia, pero todavía iban a recibir más buenas noticias. Unas semanas más tarde, la Liga Mundial de Surf anunció que pagarían por igual a hombres y mujeres surfistas en todos sus eventos… y en todas partes, no solo en California.

Bianca: The World Surf League decided to pay equal prize money to women in all divisions at the events that they run all over the world. It was a victory for female athletes.

Diana: De momento, en los últimos años, Mavericks no se ha hecho lo suficientemente grande para que allí se celebre el concurso de surf, pero cuando lo haga, Bianca se inscribirá. Hasta ese día, ha celebrado la gran victoria de su Comité de Igualdad al volar a México y atrapar la ola más grande de su vida: ¡tenía 16 metros de altura!

Bianca: That’s when I thought, “OK, now this feels like a victory.” I imagined little girls and boys seeing the male and female surfers together, with the same amount of money on our checks. We worked so hard and for so long, and that was the big moment we were waiting for. It takes a lot of small victories to make a big difference and create a “big wave.”

Diana: Bianca Valenti vive en San Francisco, California, y continúa luchando por la igualdad en el surf de mujeres en todo el mundo. Ha ganado varios campeonatos a nivel mundial… más recientemente, La Copa de Puerto Escondido.

En los años posteriores a su primera escalada al Everest, nuestro primer protagonista de hoy, Sibusiso Vilane, ha vuelto a escalar el Everest. Vive con su familia en la provincia de Mpumalanga en Sudáfrica.

Este episodio fue producido por Julia Scott, una periodista basada en Oakland, California.

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Relatos en inglés es una producción de Duolingo y Adonde Media. Puedes suscribirte en Spotify, Apple o tu plataforma preferida. Yo soy Diana Gameros. Thank you for listening!

Créditos

Este episodio incluye grabaciones de Eelke bajo la licencia de Creative Commons Attribution License.

Este episodio es una producción de Duolingo y Adonde Media.

Productora: Julia Scott
Narradores y protagonistas: Sibusiso Vilane y Bianca Valenti
Editor de transcripción: Stephanie Joyce
Gerente editorial: David Alandete
Diseño de sonido y mezcla: Samia Bouzid
Ingeniero en masterización: Laurent Apffel
Gerente de producción: Román Frontini
Productor asistente: Caro Rolando