Growing up, José Luis Hernández disliked lucha libre, the famous style of Mexican professional wrestling. So he never imagined that someday, he would be one of its biggest stars.
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Transcript
Martina: It’s October 9, 2019 in a tiny wrestling arena in Aguascalientes, Mexico. A Mexican wrestling, or lucha libre, match has just ended. And the spectators are mad, because one of their favorite fighters, or luchadores has just lost. His name is José Luis Hernández…but everyone in the arena knows him as El Demasiado, “The Too Much.”
José Luis: La lucha libre es tanto un deporte como un espectáculo en donde nosotros, los luchadores, nos disfrazamos y creamos un personaje. En este caso, mi personaje se llama: El Demasiado.
Martina: After soccer, lucha libre is the most popular sport in Mexico. It combines wrestling and theater. The luchadores are typically masked. And they all play different characters. José Luis identifies as a member of the exóticos, a group of fighters who often dress in drag.
José Luis: Yo pertenezco a un grupo de luchadores LGBTI que se llama “los exóticos”. Muchos luchadores heterosexuales piensan que nosotros no estamos calificados para luchar, simplemente porque somos gays.
Martina: Tonight El Demasiado is upset not just because he lost the fight…but because his opponent didn’t fight fairly, and openly ridiculed him for being an exótico.
José Luis: Yo estaba ganando esa pelea y el público me apoyaba. Pero mi rival no podía creer que estaba perdiendo contra un luchador gay. Me gritaba y me decía que yo no estaba a su nivel. Él estaba muy molesto y por eso… ¡cometió un faul! Me pegó una patada y le dieron la victoria. ¡Había ganado de manera injusta!
Martina: After the fight, a television crew approaches El Demasiado, and the journalist asks him: Are you going to let this stand?
José Luis: Yo miré a la cámara y dije: “¡Por supuesto que no! ¡Ya verán! ¡Voy a demostrar que yo también soy un luchador!”.
Martina: Bienvenidos and welcome to the Duolingo Spanish Podcast. I’m Martina Castro. This season, we’re taking you on a special journey across the Spanish speaking world… From Spain to the Americas, a new generation of Spanish-speakers is working to keep their cultural traditions alive…with a contemporary twist. In today’s episode we travel to: Mexico.
As always, the storyteller will be using intermediate Spanish and I’ll be chiming in for context in English. If you miss something, you can always skip back and listen again. We also offer full transcripts at podcast.duolingo.com.
Martina: Before El Demasiado was “El Demasiado,” he was simply José Luis — a boy who saw his first lucha libre match when he was ten. A cousin came running to find him one afternoon, to announce that in a few minutes, there was going to be a lucha libre match in the central plaza of their town, Xico, in the province of Veracruz. But José Luis’ parents were not fans of lucha libre…so they’d have to sneak out to see it.
José Luis: A mi mamá no le gustaba la lucha libre. Ella decía que era muy vulgar, que la gente gritaba y se insultaba y que eso no estaba bien para un chico como yo. Pero me daba curiosidad porque yo nunca había estado en un espectáculo de lucha libre. Entonces, cuando mi primo vino a buscarme, fuimos a la plaza corriendo. ¡Fue toda una aventura!
Martina: In the plaza, there was a ring and a small crowd surrounding it. All of a sudden, everyone went silent and the two masked fighters entered. People started cheering. José Luis took it all in.
José Luis: Uno de los luchadores se llamaba Octagón y era de nuestra ciudad, de Veracruz. Para mí, lo más sorprendente era su vestuario. Estaba vestido de negro y tenía una máscara blanca, roja y negra. Yo estaba fascinado con los colores y los vestuarios.
Martina: He loved the colorful costumes, or vestuarios. Lucha libre has its roots in greco-roman wrestling, and while it’s a performance, there’s also real athleticism involved. The earliest documented matches in Mexico were in the 1910s. And the sport quickly became popular with Mexico’s working class.
José Luis: La lucha libre mexicana se caracteriza por sus movimientos rápidos y saltos peligrosos fuera del ring. Muchos luchadores, como Octagón, utilizan máscaras para esconder su verdadera identidad.
Martina: In the early days of lucha libre, masks were not a central feature. Early luchadores got into the ring wearing only wrestling trunks and boots. But as the sport grew over time, there was one person who decided to wear a mask…
José Luis: Ese hombre era “El Santo” y él fue quien popularizó las máscaras. ¿Cuál era el objetivo de las máscaras? Crear un misterio y jugar con la identidad del luchador, como lo hace un superhéroe. Durante mucho tiempo, nadie conoció la verdadera identidad de El Santo.
Martina: Even José Luis, who knew very little about lucha libre as a kid, grew up knowing El Santo, who was also known as “The Silver Mask” because he wore a flashy metallic face covering. His real name was Rodolfo Guzmán Huerta and he came from a humble, or humilde, background.
José Luis: Rodolfo Guzmán trabajaba en una fábrica en 1930. Él aprendió lucha libre con sus hermanos, Miguel y Jesús. Era un hombre de origen muy humilde.
Martina: By the early 1950s, El Santo was the most popular luchador in Mexico. There was even a comic strip about him and several blockbuster films. But El Santo was more successful in some parts of Mexico than others…
José Luis: En el pueblo donde yo crecí, Xico, la lucha libre no era tan popular como en la Ciudad de México. ¡Mi mamá odiaba la lucha libre! Ella decía que era muy vulgar, pero estaba equivocada.
Martina: After that first match in the town plaza, José Luis didn’t have much to do with lucha libre for many years. Then, when he was 19, something happened that unexpectedly brought him into the world of lucha libre. On an afternoon in 2007, José Luis was at a videogame arcade in Xico. When he wasn’t in class at the local university, he spent all his free time playing games there with his friends. That afternoon, a stranger showed up to play with them.
José Luis: Miré por la ventana y vi a un chico bajarse de una moto. Cuando se quitó el casco, pensé que era el chico más guapo que había visto en mi vida. Él entró y nos saludó, era amigo de mis amigos. Sentí que era amor a primera vista. Pero yo era muy tímido y todavía no había salido del clóset. Nadie podía saber que me gustaba ese chico.
Martina: The boy started hanging out regularly with José Luis’ group of friends. They spent hours and hours playing video games together. But then one day, they all stopped coming. José Luis didn’t understand what had happened.
José Luis: Un día, los vi en la calle y les pregunté: “¿Qué pasa? ¿Adónde van?”. Y me dijeron que iban a practicar lucha libre.
Martina: José Luis wanted to keep seeing the boy he had a crush on. So, he asked if he could go to lucha libre practice with them.
José Luis: Y ellos me dijeron que sí. Yo solo quería ir a mirar. Por primera vez iba a ver un entrenamiento de lucha libre.
Martina: But when they got to the gym, and the trainer saw José Luis, he said: “What are you doing here? Who are you?”
José Luis: Yo le dije que venía con mis amigos a mirar el entrenamiento. Él me respondió: “Si vas a estar aquí, tienes que practicar en el entrenamiento. Si no lo haces, te tienes que ir”. Yo me quedé sin palabras, pero no quería separarme de ese chico. Lo pensé unos segundos y le dije: “Está bien, me voy a subir al ring”.
Martina: José Luis was terrified.
José Luis: Yo era muy tímido, inseguro e introvertido. Ni siquiera me gustaba dar la mano para saludar a la gente porque sentía que me iban a hacer daño. Pero decidí subirme al ring para poder quedarme con el chico que me gustaba. El primer entrenamiento fue muy difícil. En general, te golpean un poco para ver si resistes, pero conmigo fueron más insistentes.
Martina: But José Luis kept going back. He wanted to be close to his crush. And as time passed, he learned little by little what it took to be a luchador.
José Luis: Nos enseñaban a golpear, a recibir golpes y a caer. El entrenador también nos enseñó a hacer movimientos para tomar al rival por la espalda. En la lucha libre, eso se llama “hacer la llave”. Teníamos que saber entrar y salir del ring y también aprendimos a hacer patadas voladoras.
Martina: Patadas voladoras are flying kicks. José Luis was surprised to discover that he was actually pretty good at lucha libre… But unlike at the video arcade, he didn’t feel very welcome at the gym, which was the only one in Xico.
José Luis: El entrenador y los otros decían que yo era muy afeminado y se reían de mí. Decían que por eso yo nunca iba a ser un luchador.
Martina: José Luis was tall and muscular. But he knew he didn’t conform to the stereotype of a strong man…
José Luis: Yo era muy delicado y ellos me hacían sentir que era inferior, así que lo tomé como un desafío personal. Yo me sentía muy mal, pero seguí yendo a los entrenamientos porque quería demostrar que yo sí podía ser un luchador.
Martina: Finally, after six months of practice, the trainer told José Luis that it was time to appear in his first match.
José Luis: Yo no me sentía preparado, pero él me dijo que si no lo hacía, no me quería ver nunca más en el gimnasio. Él me odiaba, pero yo no lo iba a dejar ganar, así que tomé una decisión importante… ¡iba a crear mi personaje de luchador!
Martina: Before José Luis could appear in a match, he had to come up with his luchador persona. It’s a very important part of becoming a luchador.
José Luis: Si quieres crear un personaje de lucha libre, tienes que darle una personalidad específica y una historia. Además, tu personaje debe tener un vestuario interesante para diferenciarse de los demás. Debe tener una forma particular de caminar, de hablar y de pelear. ¡Tiene que ser único!
Martina: While he was thinking about what his luchador persona would be, José Luis went to a music store. He was crazy about music, and liked to flip through new CDs.
José Luis: Yo estaba listo para crear mi personaje, pero nunca imaginé que lo iba a encontrar en esa tienda de discos. Descubrí a un cantante holandés, Dick Verdult, que vivía en Argentina llamado “Dick el Demasiado”. En ese momento pensé: “Así me voy a llamar, 'El Demasiado'”.
Martina: At the beginning of their careers, luchadores have to make a decision about whether they are going to be técnicos — literally translated into technicals — or rudos, the roughs. Good guys or bad guys. In theory, técnicos don’t use tricks or illegal moves during matches — they fight clean. In contrast, rudos don’t hesitate to play dirty to win. But even so, they have loyal followers.
José Luis: ¡A los fanáticos les encanta esta división! El luchador técnico representa el bien y el respeto a las reglas. Sin embargo, el rudo siempre tiene una actitud rebelde que intenta destruir a su rival sin importar las consecuencias. La estrategia principal de el rudo es provocar constantemente al luchador técnico hasta irritarlo al extremo.
Martina: José Luis decided he was going to be a rudo.
José Luis: Normalmente los luchadores técnicos son más ágiles y hacen más saltos en el aire. En cambio, los rudos son normalmente más fuertes y tienen más resistencia. Yo tenía estas dos características y creía que la personalidad del luchador rudo iba mejor conmigo.
Martina: All that was left was to decide on an outfit. And the most important part: a mask!
José Luis: Un buen traje de luchador cuesta caro y no tenía dinero, pero yo era muy creativo y me gustaba el diseño. Entonces, con el poco dinero que tenía, me compré un overol naranja, de esos que usan las personas que limpian las calles en México. Le corté las mangas con unas tijeras para tener los brazos descubiertos. ¿Y mi máscara? Era negra con dorado, y me inspiré en los X-Men.
Martina: Finally, the day of his first match arrived. José Luis was really nervous. His rival was called Super Comet Jr., and there were more than 300 spectators at the municipal arena in Xico where the fight would take place.
José Luis: Me subí al ring muy nervioso, pero cuando empezó la pelea, me llené de energía. Yo no era José Luis, yo era El Demasiado y con ese personaje perdí todos mis miedos. Me sentí una persona muy segura. Yo era un luchador rudo y le gritaba e insultaba a la gente para provocarlos. Por ejemplo, yo decía: “¡Malditos pobres! ¡Paguen un boleto!”. La gente gritaba y me insultaba. Pero para un rudo, esas reacciones son como aplausos. ¡Estaba funcionando! ¡No lo podía creer!
Martina: José Luis lost the fight, but he didn’t care. He felt like his persona had worked well, and that people liked it. But when he went back to the gym, his fellow trainees and the trainer continued to bully him for being “feminine.”
José Luis: Esa pelea significó mucho para mí, me confirmó que podía ser un luchador. Me había gustado mucho ser El Demasiado en el ring. Sin embargo, mis compañeros en el gimnasio seguían diciendo que yo no podía ser luchador. Me golpearon, para ver si podía aguantar. Un día, me golpearon tanto que me rompieron el brazo.
Martina: José Luis had to get an operation to fix his arm, and spent three months in physical therapy. But far from discouraging him, the mistreatment made José Luis more determined to be a successful fighter.
José Luis: Incluso después de eso, regresé al gimnasio. Yo estaba muy nervioso, pero quería demostrarles que yo sí podía ser un luchador. Ese sentimiento fue más fuerte que mi miedo. Todos estaban sorprendidos al verme porque pensaron que nunca más iba a volver. Yo los miré a los ojos y les dije: “¡Voy a regresar a la lucha libre y algún día seré más famoso que ustedes!”.
Martina: When José Luis’ arm was fully recovered, he went to train at a different gym, in a nearby town. He started participating in more matches…and El Demasiado became more well-known. He was 21 when a friend who was also a luchador invited him to go see a very special fight…
José Luis: Me dijo que había un tributo para Cassandro, un luchador muy conocido en los 80 y que pertenecía a los exóticos. Yo conocía bien a ese grupo de luchadores, pero nunca los había visto luchar en vivo.
Martina: Within lucha libre, there’s a long tradition of luchadores identifying as exóticos, or exotics. Exóticos can be rudos or técnicos. But they subvert the traditional stereotype of fighters as macho, crude and violent. Historically, the role of exóticos was to provide comic relief.
José Luis: Los exóticos son diferentes a los otros luchadores porque usan maquillaje y vestuarios de muchos colores. Los exóticos son muy glamorosos y caminan por el ring con una actitud muy femenina.
Martina: A lot of exóticos self-identify as LGBTQ…and use the ring as a way of expressing their identity.
José Luis: Yo no lo podía creer. Lo más impresionante fueron los vestuarios, el maquillaje y los colores en el ring. Yo estaba de a poco saliendo del closet, pero lo tenía escondido. Entonces pensé: “¿Y si mi personaje tenía que ser exótico?”.
Martina: For years, José Luis had hid his sexual orientation. He tried to embody macho stereotypes because he felt like it was the only way to be a luchador. But when he saw the exóticos, he started to wonder if maybe there was another path. Over time…he slowly started experimenting with changes to his persona in the ring…
José Luis: Poco a poco, mi personaje cambió. Además, comencé a maquillarme la cara. Empecé a pensar seriamente: “¿Y si me vuelvo exótico? ¿Y si salgo definitivamente del clóset?”.
Martina: Becoming an exótico in the ring gave José Luis the courage he needed to be himself out of the ring.
José Luis: Finalmente pude decir abiertamente algo que de alguna manera siempre supe… que era gay. Cuando era chico, no entendía muchas cosas que sentía y creo que era porque no aceptaba mi identidad. Pero ahora, ¡me sentía libre!
Martina: As an exótico, José Luis felt freer than ever before to express himself. But he resented the fact that exóticos weren’t taken as seriously as other luchadores. And he decided he was going to change that.
José Luis: En México, el estereotipo del exótico es un luchador que se sube al ring y hace reír a la gente… eso es todo. Yo quería demostrar que un exótico también puede luchar, que no solo es un payaso.
Martina: Which is why, in 2019, he ended up at that fight in Aguascalientes, Mexico with a mission to make the audience see that exóticos weren’t just there for comic relief: they were real, talented fighters.
José Luis: Nosotros somos artistas-luchadores y todos estamos al mismo nivel: altos, delgados, gordos, bajos, personas LGBTI… ¡Todos somos iguales! ¡Todos somos parte de la lucha libre! Yo quiero cambiar la percepción que la gente tiene de los exóticos.
Martina: José Luis’ opponent that day hurled insults at him and fought dirty… But the crowd loved El Demasiado! In the end, even though he lost the fight, he gained the respect of the audience. He showed that it was possible to be both an exótico…and a great luchador.
José Luis: Ser El Demasiado me dio mucha seguridad. Antes, yo no me aceptaba, me sentía rechazado y creía que era por mi orientación sexual, pero ya todo ha cambiado. Es más, ahora me siento una persona muy querida y, lo más importante, es que no escondo quién soy… ni adentro, ni afuera del ring.
Martina: José Luis “The Too Much” Hernandez is the only professional luchador from Xico. His story was featured in the documentary “Cassandro, The Exótico,” which is available on Netflix.
This story was produced by Tali Goldman, a journalist and writer based in Buenos Aires.
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Martina: Here’s a message from Lise, in England:
Lise: Hi, I’m Lise, I’m from England. And I’ve just listened to Spanish podcast seventy-something: “Una cancha para ellas.” And it’s brilliant! The concept and the execution was wonderful. And it was great to learn about something so contemporary — the women playing football in Argentina. I didn’t understand every word, but when I have time, I can go back to the transcript. What a great way to learn! Thank you so much.
Martina: Lise, we're so happy that you enjoyed “Una cancha para ellas.” Thank you so much for tuning in!
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Credits
This episode was produced by Duolingo and Adonde Media.