Growing up in a house without books, Ana Sicilia always dreamed of having her own library. Years later, after teaching a writing workshop in a nearby prison, her dream would come true — just not in the way she'd imagined.
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Transcript
Martina: A quick note before we start: Today's story comes from Argentina, it's called Libros tras las rejas or Books Behind Bars, and it's told by Ana Sicilia. You'll hear Ana using Argentine accent, where the LLs and Ys are often pronounced with a "sh" sound, as in "asher" or "cashe" instead of "ayer" or "calle." Also, similar to some other Spanish-speaking countries, the S is often aspirated. That means you'll hear an "h" sound rather than the typical S sound in some words, so "hasta" will sound like "ahta."
Martina: It was October 2017 and Ana Sicilia, an Argentine journalist, was entering a prison in the city of La Plata. At the door the guards asked her some questions and checked her ID. When they finally let her in, the guards stayed glued to her side, unlocking and relocking gate after gate as they went.
Ana: Yo escuchaba gritos y música a la distancia. Estaba muy ansiosa y tenía muchas ganas de entrar. Era la primera vez que yo iba a una cárcel. Caminé por un campo de fútbol hasta llegar a un gran patio.
Martina: The patio had damp walls. Recently washed clothes hung from the windows. Finally, they reached the pavilion where the prison's classes were held. A group of students was already waiting, sipping on the traditional Argentine tea, yerba mate. Ana had been invited to discuss her work with the inmates at a literature workshop. But looking around, she didn't see any books.
Ana: Me sentí cómoda cuando entré. Los alumnos me escuchaban con mucha atención y me respetaban. Les dije que yo vengo de una familia con pocos recursos y que los libros cambiaron mi vida. Luego, les dije que tenían que escribir sobre ellos mismos. Yo me fui a casa con sus hojas escritas a mano. Esa tarde, me sentí muy agradecida.
Martina: The experience was so rewarding that a few months later, when Ana was invited to become the teacher of the writing workshop, she didn't hesitate to accept. But one thing came to mind immediately; the people she would teach how to write didn't have access to any books!
Ana: Para poder escribir, primero es necesario leer. Así que yo empecé una campaña en las redes sociales para recolectar libros. Mi objetivo era construir la primera biblioteca en esa cárcel. Yo sabía que los libros iban a ser una vía de escape para esas personas privadas de libertad.
Martina: Bienvenidos and welcome back to a new season of the Duolingo Spanish Podcast. I'm Martina Castro. Every episode, we bring you fascinating true stories, to help you improve your Spanish listening, and gain new perspectives on the world.
The storyteller will be using intermediate Spanish, and I'll be chiming in for context in English. If you miss something, you can always skip back and listen again. We also offer full transcripts at podcast.duolingo.com.
Martina: There were no books in the house where Ana Sicilia grew up in Burzaco, south of Buenos Aires. Her father was a metal worker, and her mother made a living cleaning houses. What they earned was barely enough to feed the family.
Ana: Mi padre me regaló mi primer libro cuando yo tenía ocho años. Él no leía mucho, pero sabía que a mí me encantaba la lectura. En esa época, los libros eran objetos inaccesibles para nosotros, un lujo que no nos podíamos dar. Ese fue el único libro que yo tuve durante muchos años.
Martina: It was one of the most famous books in all of Latin America at the time: Twenty Love Poems and a Desperate Song, by the Chilean poet Pablo Neruda. He was the winner of the Nobel Prize for Literature.
Ana: Ese libro no lo puedes entender cuando eres tan joven. Habla del amor y el desamor, entre otras cosas. Yo entendí el significado de esos poemas muchos años después. Sin embargo, ese libro se convirtió en algo muy importante para mí desde el momento en el que llegó a mis manos. Era mi tesoro.
Martina: Ana was very intent on studying. So she biked four kilometers each day to the nearest municipal library, where she could read the schoolbooks her family couldn't afford to buy.
Ana: La biblioteca estaba en una casa muy vieja, con pisos de madera que crujían en medio del silencio. Yo pasaba muchas horas en ese lugar. Leía, hacía mis tareas y copiaba a mano fragmentos de libros que no podía comprar. Recuerdo el olor de esos libros viejos.
Martina: A few of Ana's schoolmates did have bookshelves in their homes. They would lend her the ones she needed for school. Using those borrowed books, Ana managed to graduate high school, a privilege her parents were not afforded.
Ana: Para mí, los libros fueron el paso a una vida mejor. Me hicieron una mejor persona y me dieron oportunidades que no habría tenido de otra forma. Me dieron la libertad de elegir mi futuro. Yo decidí estudiar Comunicación Social en la Universidad de Quilmes.
Martina: Still, Ana needed to pay her way through university. She started working as a waitress in a bar, and she used her first wages to buy…of course, books! She finally fulfilled one of her dreams: to have a book collection of her own at home, just a few shelves.
Ana: Mi mamá y yo fuimos juntas a comprar el estante para mi primera biblioteca. Era de madera de pino. Yo recuerdo que ese día me sentía muy emocionada. ¡Mi primera biblioteca! ¡No lo podía creer!
Martina: Next to her school manuals on Media Studies, Ana placed The Lover by Marguerite Durás, her favorite book during those years. She also had a complete encyclopedia she had found on the street.
Ana: Una vecina había tirado esas enciclopedias que para mí eran oro. Me acuerdo que organicé todos los libros en mi biblioteca. Había un lugar especial para mi amado ejemplar de Veinte poemas de amor y una canción desesperada y para El principito, un libro que también ha sido muy importante para mí.
Martina: While studying and waiting tables, Ana took on a third job: working as a model for an advertising agency. The job paid well: after a while, it became her main source of income. Then, in 2011, Ana graduated with a degree in Communications.
Ana: Recibir el título fue muy emocionante porque fueron años de mucho trabajo personal. La universidad me hizo descubrir mundos desconocidos, así como lo hicieron los libros cuando era niña. Fue un gran triunfo para mí y mis padres estaban muy orgullosos.
Martina: A year after graduating, Ana found a job as a television news anchor. She was also pursuing a Master's degree and working on a thesis about stereotypes of prison inmates in the media.
Ana: Elegí ese tema de investigación porque yo vengo de un mundo modesto y algunos de mis vecinos terminaron en la cárcel. Yo tuve suerte porque descubrí la literatura y por eso pude estudiar. Sin ella, quién sabe qué habría sido de mi vida.
Martina: Ana didn't finish her Master's degree. Working as an anchor and model took up too much of her time. But in 2016, after an economic downturn rocked the country, Ana found herself out of work. When an agency in Chile offered her a modeling job, she decided to take it.
Ana: Desde esa época, yo me defino como una "obrera de la moda". Nunca me he sentido parte de ese mundo, pero cuando necesito trabajar y ganar dinero, me ayuda muchísimo. Estoy muy agradecida de tener estas oportunidades. Me han permitido vivir bien y ayudar a mis padres. Por esta razón, decidí aceptar el trabajo y me fui a Chile.
Martina: In Chile, Ana found herself with more free time. So she bought books and read for hours every day.
Ana: Además, comencé un blog que me dio la oportunidad de reconectarme con la escritura. Tenía una sección que se llamaba: Reinventadas. Ahí, yo contaba historias de mujeres que habían decidido cambiar de país y de vida. En ese momento yo no lo sabía, pero, muy pronto, mi vida también iba a cambiar.
Martina: Ana Sicilia returned to Buenos Aires in 2017, after a year in Chile. That's when she was invited to the writing workshop in Penitentiary Nr. 9, a men's prison in the city of La Plata. The organizers wanted her to talk about her blog and the concept of reinvention. She accepted.
Ana: Mi interés por descubrir el mundo de las cárceles nació cuando comencé a trabajar en la tesis de maestría que, desafortunadamente, no pude terminar. La noche antes de ir por primera vez a esa cárcel, yo estaba muy ansiosa. Yo no quería llamar la atención con mi cuerpo. Entonces, para estar cómoda, decidí vestirme con una túnica gigante.
Martina: During the workshop, Ana's students were very engaged. They asked a lot of questions and wrote about their lives. The workshop was such a success that the organizers asked Ana to teach on a regular basis. She accepted and began to get to know her students better.
Ana: Yo me di cuenta de que la mayoría no había terminado la escuela primaria. Muchos de ellos no sabían leer ni escribir. Es muy difícil que una persona privada de libertad se interese en un libro, pero no es imposible. Hay que conocer a cada persona y ese es un trabajo muy emocionante.
Martina: After her first classes, Ana began to realize that her students had nothing to read. In Argentine prisons, books are typically only available to inmates enrolled in formal degree programs — which Ana's students were not. This posed a big challenge for Ana: she knew that to learn how to write, one must have access to books.
Ana: Entonces comencé a trabajar en una campaña para recolectar libros. Lo publiqué en mis redes sociales y la respuesta fue inmediata. Recibí muchos libros de amigos y desconocidos. Las personas me los llevaban a mi casa o yo los iba a buscar en mi auto. Hice una selección con los 340 mejores libros.
Martina: The donations included all kinds of books: textbooks, novels, poetry. Even children's books, for people who were just starting to read. The books were sent to the penitentiary, but it took time for the inmates to lay hands on them.
Ana: Los guardias inspeccionaron todos los libros para verificar que no había nada dentro de ellos. Es muy difícil meter libros a una cárcel porque hay que pasar por muchos filtros burocráticos.
Martina: Some time later, when Ana came back to teach one of her workshops, the students greeted her with a big surprise.
Ana: Cuando yo llegué, vi que los libros ya estaban ahí. Los guardias los habían dejado en unas cajas y mis alumnos los habían organizado en una estantería pintada de blanco que se transformó en nuestra biblioteca.
Martina: The library was up and running, and Ana went on with her workshops. Her ultimate goal was to help her students understand that books could offer them some kind of freedom. Each workshop, or taller, lasted three hours. Together they would read book excerpts or newspapers. Then she encouraged her students to write.
Ana: A veces yo hacía meditar a mis estudiantes y les pedía que escribieran la emoción que sentían durante esa meditación. También los hacía escribir poemas. A medida que pasaba el tiempo, yo me daba cuenta del impacto que estos talleres tenían en mis alumnos.
Martina: One of her students was Alexis. When the workshop started, he was quiet and withdrawn. But as days went by he began to write, read out loud, and offer his opinions in class.
Ana: Un día, nosotros leímos Antología Poética de Jorge Luis Borges, uno de los maestros de la literatura argentina y universal. Era un libro de la nueva biblioteca. La clase siguiente, fui a la biblioteca para pedir el libro y continuar la lectura, pero no estaba.
Martina: Alexis told her that the book was in his cell. He'd been so absorbed in reading it, he had forgotten to bring it to class. And even though it was a challenging book, he was already halfway through.
Ana: Escuchar eso fue muy emocionante para mí porque me di cuenta de que, gracias a la literatura, Alexis se estaba abriendo a nuevas ideas y eso lo iba a ayudar a salir mentalmente de la cárcel.
Martina: Jonathan, another student, told Ana that he had never read a book. He had been kicked out of school in first grade because he had stolen a teacher's wallet.
Ana: Al principio, él era muy tímido y no le gustaba leer en voz alta porque se sentía inseguro, pero después mejoró mucho. Jonathan fue expulsado del sistema de educación desde muy chico y no pudo volver a entrar. Por eso su trabajo y dedicación fueron tan importantes.
Martina: Despite these small advances, which gave meaning to her mission, Ana realized how difficult it was to maintain the workshops. Many things could happen inside a prison during a short period of time.
Ana: Los principales obstáculos eran los problemas de salud y los cambios de humor. En las cárceles argentinas, las personas son inspeccionadas permanentemente. También las cambian de lugar sin aviso y esto tiene un impacto fuerte en ellas. Por esta razón, a veces, ellos no querían escucharme o simplemente ya no estaban ahí.
Martina: Some of the students' relatives sent her "thank you" notes. Many times, they also complained about the poor conditions in which the inmates lived.
Ana: Recibir mensajes de agradecimiento era muy satisfactorio. Sin embargo, yo comencé a sentir la responsabilidad de compartir en las redes sociales y en los medios de comunicación la difícil realidad de los habitantes de las cárceles argentinas.
Martina: Through her workshops, Ana learned about the reality of prisons in Argentina: many of them are overpopulated and run down. Often inmates sleep on the floor and don't get enough to eat.
Ana: En ese contexto, llevarles libros a personas que duermen en el piso y que no tienen comida, podía parecer extraño. Pero eso era lo único que yo podía hacer para hacerlos sentir mejor. Yo sabía que un libro podía ayudarles a abrir sus mentes y ofrecerles cierto tipo de libertad.
Martina: After that first experience in Penitentiary Nr. 9 in La Plata, Ana took her library project to several more prisons. She donated 300 books to every single one of them.
Ana: En febrero de 2020, yo inauguré la séptima biblioteca en una cárcel. Fue la primera biblioteca con libros feministas y con perspectiva de género en una cárcel de mujeres. Tuve que esperar cinco meses para obtener la autorización. Fue hermoso y emocionante.
Martina: Ana also managed to get several Argentinian authors to donate hundreds of books to a women's prison. Some were books they had written, some were classics. Ana herself wrapped and delivered every single one of them for International Women's Day.
Ana: Leí un extracto de Felicidad clandestina de la novelista brasileña Clarice Lispector. Después le entregué un libro a cada persona. Yo les dije que si no les gustaba el libro que les había dado, podían intercambiarlos entre ellas. Me alivia pensar que ellas tienen algo que leer. Y una de las cosas que me hacen más feliz en mi vida es saber que soy el canal que les ofrece el acceso a la lectura a esas personas que antes no lo tenían.
Martina: Every time she opens a new library in a prison, the inmates thank Ana, offering what little they have.
Ana: A veces ellos cocinan algo y me invitan a comer, o me ofrecen mate con algún dulce. Yo siempre siento su afecto, cada uno lo expresa a su manera.
Martina: One day, Ana arrived at one of the prisons where she works — and was moved to tears to find that the inmates had named their brand new library after her. This particular library was on wheels, a shelf that could move between different wings of the prison. A mobile library.
Ana: El día de la inauguración, hicimos una pequeña ceremonia con más de cuarenta alumnos. Había mesas largas con decoraciones muy lindas. Yo les dije que ver mi nombre en esa biblioteca móvil representaba algo muy importante para mí. De una forma inesperada, el sueño de mi infancia se había hecho realidad: yo tenía mi propia biblioteca.
Martina: Ana Sicilia is a journalist and communications specialist. She lives and works in Buenos Aires, teaching writing and building libraries in maximum security prisons.
This story was produced by Inés Ulanovsky, an audiovisual producer and screenwriter, who lives and works in Buenos Aires, Argentina.
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The Duolingo Spanish Podcast is produced by Duolingo and Adonde Media. I’m the executive producer, Martina Castro. ¡Gracias por escuchar!
Credits
This episode was produced by Duolingo and Adonde Media.